¿Vos disfrutas de tu Maternidad?

Hace unos días me llegó este mensaje y muchas me agradecieron por la honestidad de mi respuesta y se sintieron identificadas.
¿De dónde salió esta idea se que tenemos que disfrutar de maternar el 100% del tiempo?
¿Vos disfrutas 100 % de algo?
Todos los roles que ejercemos tienen alguna parte de malestar, incomoda o aspectos que nos desagradan.
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Mater/paternar no es la excepción!
Pero es cierto que hay todo un tabú alrededor de la maternidad que nos impide decirlo y nos lleva a sostener la idea de que maternar es un paraíso.
Socialmente se liga la maternidad a la felicidad absoluta, a la realización personal y al sentido de la propia vida. La maternidad está sacralizada, se vende como algo puro y sin ambivalencias.
¡Todo vínculo implica ambivalencias!
Aspectos que disfrútamos y otros que rechazamos.
Y la maternidad, es un vínculo humano.
Para algunas, el más importante de sus vidas, para otras, uno más.
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¿Por qué te tiene que «gustar» ser mamá y estar TODO el tiempo con tus hijes?
Más ahora en Pandemia, muchas maternamos 24*7.
¿Acaso a alguien le gusta estar TODO el tiempo con su pareja?
¡No siempre! A veces si, pero también nos gusta pasar tiempo con amigos, trabajando o incluso estar a solas. Y eso no significa que dejas de querer a tu pareja.
¿Por qué entonces nos exigimos tanto en el rol de mamás?
Es saludable que desees hace otras cosas, que a veces estés cansada y también que haya días que no tengas ganas de estar con tus hijes. ¡Eso no significa que no los ames! No hace falta que lo aclares. Aca, dale para adelante y quejate tranquila! 🤣
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Ustedes: ¿Qué cosas disfrutan y cuáles no de ser madres?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

El cuidado es un trabajo

«Eso que llaman amor es trabajo no pago»
Si. Eso que llaman «instinto maternal» es trabajo no pago.
Eso que nos exigen, entrega absoluta 24*7, sacrificio, dejar de lado todo por un hijo o una hija, es trabajo no pago.
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Señalarnos como cuidadoras natas, nuestro «destino de cuidadoras» como dice @florfreijo, como si fueramos las únicas personas aptas para el cuidado de bebés, niñes, ancianos e incluso de nuestras parejas, es trabajo no pago.
Ocuparnos del cuidado de la casa, las compras, la cocina, la limpieza, pagar facturas y más, también es trabajo no pago.
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Lo que estamos atravesando actualmente las mujeres y feminidades a raíz de la Pandemia y las medidas de aislamiento, cuadriplica la cantidad de trabajo no pago que realizamos a diario.
No hay presedentes, es directamente explotación lo que la mayoría vivimos:
Trabajar desde casa bajo la exigencia de jefes, ser docente mientras tenés a tu hije llorando detrás de la puerta o a upa, atender llamadas del call center mientras cambias el pañal porque nuestros hijes aunque estemos en casa nos necesitan y NO ENTIENDEN por qué estamos sin poder estar.
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La conciliación entre el trabajo asalariado y los cuidados es una mentira, que no puede existir sin una transformación profunda social y económica.
Es una mentira sentir que no somos productivas porque estamos cuidando y no cobramos dinero por ello: el mundo capitalista sigue girando gracias a ello.
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A vos, que sentís que no das más y no sabes por qué, que te sentís agobiada, que no das más de la carga MENTAL y REAL de los cuidados, a vos, te abrazo, nos abrazo.

Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com

A las madres por Juan Sklar

Hubo un momento de canciones de cuna, abrazos infinitos y sueño profundo sin pesadillas ni ansiedad.
Hubo una época de vivir tapado por las estrellas, entregado al amor de mamá.
Pero crecimos. El vínculo sin bordes se terminó, la protección eterna ya no surte efecto. El cariño sin límites ya no está. Su ausencia es irreparable y duele.
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Tu madre ya no es tu madre y vos ya no sos sólo su hijo.
Despojada de la máscara ancestral, la madre se vuelve real. No tiene respuestas, su amor no cura todo, no es cobijo contra la oscuridad del mundo ni te salva de todo mal.
La madre real duele cómo duele toda la realidad. Sus errores y sus defectos pesan. Somos injustos, la comparamos con la madre de la infancia, la madre soñada, la madre celestial.
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Pero, sé honesto. Observa a la madre real, la que te quiso, la que estuvo siempre ahi, la que se transformo en osa para salvarte de la muerte.
La que cuando dejaste de entenderte, cuando preferiste su ausencia a seguir viendo su humanidad, te escucho.
No fue fácil, pero te escucho. Cambio ella y cambiaste vos.
Las decisiones equivocadas que tanto te duelen, son sus ejemplos para que busques tu propio camino. Los errores de su vida, también te cuidan.
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Tu madre ya no puede protegerte pero te preparo para enfrentar al mundo.
Tuviste una buena mamá.
Deciselo.
En un llamado, una carta, en un libro o en una columna de radio.
Agradece la presencia, agradece los afectos, agradece que fuiste un niño amado (*) JUAN SKLAR @juan.sklar Gracias por permitirme compartir este texto
(* O una niña amada).


La maternidad no es el problema

El problema no es la maternidad en si, no son nuestros hijos, sino son las condiciones en las que las mujeres nos vemos obligadas a ejercer el maternaje.

Es un sistema que nos da solamente 90 días de licencia y nos exige lactancia exclusiva por 6 meses.
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Es que si los profesionales nos hablan de la importancia del vínculo del bebé con papá, a él le dan 3 días de licencia, con un retorno de 9 horas diarias de jornada laboral.
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Es saber la importancia del cuidado a la diada y a a la mujer en su puerperio inmediato, y encontrarte sola 9 horas al día.
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Es querer darle a tu bebé todo lo que necesita sin tener un instante de paz para cuidarte a vos misma.
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Es que mucha de la gente que te acompaño y te trataba como una reina en el embarazo, se esfume luego de conocer al bebé.
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Es la presión de tener que trabajar como si no fuéramos madres y de tener que maternar como si no trabajaramos.
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Es vivir en Pandemia sosteniendo en una mano a tu bebé, en la otra cocinando el almuerzo, mientras hablar por teléfono con tu jefe y pensas en sacar turno al pediatra.
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No es tu bebé, el que es «de alta demanda».
No sos vos, la que «no estaba preparada».
Es el sistema que nos deja solas.
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¿Alguna vez pensaste que tú maternidad era un problema?
Ilustraciones: @this_mama_doodles

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

El miedo a morir siendo madre

Hace unas semanas una paciente experimento miedo a morir. Me contaba que siempre fue «hipocondríaca», pero desde fue mamá se intensifico
En los primeros años de crianza ya creyó tener cáncer unas 3 veces.
Primero, ante unas intensas migrañas. Realizan los correspondientes estudios y encuentran una pequeña calificación a controlar (nada patológico). Al año siguiente ante los controles terror se apoderó de ella cuando tuvo que repetir los estudios. Conclusión: un hallazgo sin mayores repercusiones. Respira. Agradezce

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Pandemia por miedo, dos eventos. Una protuberancia en el paladar superior (que resultó solo ser una glándula salivar tapada) y el hallazgo de un nodulo pequeño en la mamá derecha. Este último evento la angustio por completo, coincidente con la semana del cáncer de mama comienza con dolor y le hacen eco.
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Y ¿si era algo malo? ¿Cómo les iba a contar a sus pequeños? ¿Podría con una quimio siendo madre? ¿Quien iba a cuidar a sus hijes si algo pasaba?
Finamente, «es solo un hallazgo para control». Respira.
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Morir siendo madre es la pesadilla más grande de muchas. El temor a perder la salud y no poder hacernos cargo del cuidado, no verles crecer y dejarles en este mundo sin una mamá…
Muchas lo experimentan de otros modos, percibiendo con más intensidad la inseguridad, angustiandose con más fuerza ante la violencia, teniendo salir de casa de noche y no saber si van a volver…
obsesiva o si te impide llevar adelante tu rutina, es hora de consultar a una psicóloga.
La imagen es de la peli de Netflix «El cuaderno de Tomy» que trata este tema, basada en una historia real.
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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

El juicio ajeno

Está imagen círculo hace unos años en redes sociales, acompañada de las peores críticas:
-«esa madre no tiene sensibilidad»
-«no le importa su hija»
-«prefiere ver el celular que hacerle upa a su bebé»
Días después la mujer de la imagen (sólo una foto) contó que estaba hace muchísimas horas varada en el aeropuerto. Sola con su beba, agotada de tener la en brazos por largas horas y teniendo que revisar cuestiones del vuelo en el teléfono, la apoyo en el suelo SOBRE UNA MANTA. ¿Qué mejor lugar donde dejarla unos minutos? De allí no iba a caer y estaba sobre una superficie limpia.
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Me preguntó por la persona que tomo la foto. Seguramente su narcisismo se sintió muy bien pudiendo señalar la «falla» ajena. No contenta con eso, decidió exponerlas (si a ambas, bebé y mamá) para el juicio público en redes.
🤔¿Acaso no era mucho más amable acercarse a esa mujer y preguntar si necesitaba algo? ¿Ofrecerse a tener en brazos a su bebé? ¿Ayudarla a resolver algún trámite con la aerolínea?
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Lo que vemos generalmente (y sobre todo en las redes) es «solo una foto».
Una imagen, una captura de un momento puntual, detenido en el tiempo. Vale para imágenes «positivas» y también «negativas» (dejando de lado la violencia explícita o la afectación a la integridad del niñe) .
Nos falta el contexto de la persona, saber su cultura, si tiene redes de apoyo suficientes, si padece alguna patología, cómo fue su día, qué sentimiento y pensamiento la llevo a «esa imagen».
Y ¿Con lo «positivo? Lo mismo. No sabemos el antes y el después de esa imagen «ideal» que eligieron mostrarnos.
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¿Cómo te hace sentir lo que ves en las redes? ¿Alguna vez juzgaste solo por «una foto»?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Madres arrepentidas

«Quiero mucho a mi hijo, se que lo cuido bien, jamás le diría esto a el, pero ser mamá no me hace feliz».
«Si me hubieran contado como iba a sentirme quizá decidía no ser mamá»
«A veces me siento mal porque siento que estoy arrepentida de ser mamá».
«Me sentía tan bien siendo madre de mi primer hijo, que decidí serlo nuevamente. Desde que tengo dos estoy arrepentida de mi decisión, ser madre se ha vuelto un agobio».
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Algunas de estas frases me las han dicho algunas mujeres en terapia, otras son del libro «#madresarrepentidas» de la Antropóloga Orna Donath (recomendado).
Si bien en otros aspectos de la vida y en otros vínculos el arrepentimiento es un sentimiento habilitado, en la maternidad es un tabú.
Podemos arrepentirnos de habernos casado, de haber cometido una falta o incluso un delito, de haber tomado cualquier decisión SALVO de ser madres.
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Es tan fuerte el mandato de felicidad y el arquetipo de madre sacrificada que «lo da todo por sus hijos» impuesto por la sociedad que el solo hecho de escuchar a una mujer quejarse de su maternidad es visto como algo horrendo. Ni que hablar si una mujer se anima a decir a viva voz que ni piensa en ser madre, lo primero que se le augura es que se arrepentirá en unos años
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Imaginen por un segundo lo que se piensa de una mujer que asume haberse arrepentido de su decisión de tener hijos: es casi algo monstruoso, impensable e inconcebible.
Muchas personas pensarían que «Algo debe andar mal en ella» (patologizandola) desde el supuesto de que las mujeres tenemos el «instinto» de ser madres.
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Siento pincharles el globo: el instituto materno no existe en la especie humana. Con deseo, con elección y mediando la cultura nos CONSTRUIMOS como madres. La maternidad está plagada de ambivalencia, de sabor agridulce, de contrastes.
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➡️¿Alguna vez sintieron algo similar?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

«Empoderate»

Cada día las redes sociales nos acercan a más y más información. Muchas mujeres me preguntan:
¿Por qué es tan difícil maternar en estos tiempos? ¿La maternidad de «antes» era más relajada?¿Qué efecto tiene la sobre información en las mujeres que crían?

Es importante tomar decisiones informadas.
Saber cuáles son nuestros derechos, conocer leyes fundamentales al momento de maternar como la de parto y nacimiento respetado.
Tener acceso a diversas fuentes de información y a profesionales de distintas especialidades que puedan orientarnos con fundamento y actualización científica acerca de las recomendaciones en embarazo/parto/puerperio/crianza.
Ahora: el poder nadie nos lo puede dar. Lo tenemos que tomar.

Lxs profesionales no estamos para empoderar a nadie.
Pararnos desde decirles a las otras cómo deben gestar/parir/criar justamente es un lugar de tutelaje, paternalista que por el contrario, disminuye la sensación de capacidad materna y poderio.
El poder de tomar decisiones informadas, acordes a sus posibilidades y deseos, lo debe conquistar y construir cada persona.

Ninguna mujer debería ser juzgada por sus elecciones (mientras se proteja el trato digno y amoroso al niñx) menos por profesionales de la salud.
Estamos para acompañar el proceso de cada persona. Podemos informar para que tomen conciencia de sus deseos, ayudarlas a pensar qué quieren y pueden.
Pero es nuestra responsabilidad entender que son SUS elecciónes y que puede que no sean las que nosotros tomaríamos y esto DEBE ser respetado. Y no significa que estén más o menos empoderadas. Significa que es SU modo.
Un sujeto que se empodera es conciente de sus capacidades, recursos y su protagonismo.
Empoderarnos como mujeres en crianza implica confiar en nuestras elecciones, sentirnos capaces y protagonistas de nuestras decisiones.

¿Alguna vez te sentiste juzgada por tus elecciones?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Licencia de la maternidad

Hoy elegiría licencia DE la maternidad
No mucho, apenas unos días me alcanzarían para darme todo lo que mi realidad no puede.
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Dormir largas horas de corrido
Ir al baño sola
Comer la comida caliente sin hacer piruetas con pibito colgado del cuerpo.
Tener una conversación sin interrupciones.
Cocinar sin que se me queme la comida.
Empezar algo y poder terminarlo.
Leer sin que nadie raye a colores las páginas de mis libros.
Bailar algo que no sea Disney o canticuenticos.
Tomarme todo mi tiempo para bañarme sin el estrés de llantos de fondo.
Pintarme las uñas y que se me sequen antes de tener que aupar a ningún pequeño.
Vestirme sin miedo a manchas indeseadas de manitos pequeñas y calentitas.
Cocinar algo que me guste a mi y no algo apto niñes.
Dedicar un día entero a no salir de mi cama.
Ver maratones de series abrazada a mi compañero.
Tener horas libres para escuchar mis pensamientos.
Hablar hasta las 3am con amigas sin la angustia de ser al otro día un zombie al cuidado de niñes.
Tomarme unas ricas birras sin cuidar de la lactancia.
Hacer mil cursos que me interesan sin pensar en si me va a dar la atención por deprivación del sueño.
Disfrutar de la casa en silencio.
Ponerme ropa no apta teta.
Sobretodo y ahora que lo pienso bien, con dormir de corrido unas 10 horas me alcanzaría 🤣

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¿Cómo sería la cuarentena sin ser maternante de niños pequeños?

Ilustración Leila Ramos

Cuando te enfermas

Es imposible escaparle a la angustia cuando te enfermas
Verte tiradito, sin ganas y con dolor
Saber que te sentís mal y no tengo una varita mágica para curarte me duele.
A pesar de que se que hago todo lo que puedo para reconfortarte me siento impotente.
Cuentos los minutos que pasan entre un vómito y el siguiente, una fiebre, el alivio momentáneo, vuelve a subir…
Marco los días que durá tu malestar en el calendario, porque pongo en pausa mi vida.

Voy al médico buscando confirmar que no es nada grave, que es pasajero, que sos un bebé sano pasando por un momento invitable de su infancia….
El miedo a que tengas algo que no podamos detectar, a que subestimen tus sintomas, siempre está.
Trato de repetirme que no es así.
Trato de mirarte y devolverte paz.
Trato de contenerte, de abrazarte, mimarte, de nutrirte con mi amor y si puedo con mi leche …

Que duró es cuando no puedo amamantarte, cuando veo que devolves hasta mi leche me angustia…
Acá está mamá para acompañarte a qué mejores, para que vuelvan a ponerse rosaditos tus cachetes, para que la risa de vuelva a escuchar en toda la casa 💜

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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com