Hijos e hijas SALVADORES

Traigo estas frases de revista para que reflexionemos en conjunto, porque estás palabras pueden ser las de muchas personas.
Hablemos del papel de los medios que eligen resaltar está frase (de tantas otras dichas) contribuyendo así una cultura de la devoción hacía nuestrxs hijxs y la mater/paternidad como único sentido en la vida.
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Estás revistas nos permiten preguntar:
¿Qué mensaje se le está dejando a esa infancia?
¿Con qué mochila se la está  cargando?
¿Tenemos que tener  hijos e hijas para que tengan que salvarnos?
Según está revista: ¿Quien cuida a quién?
¿Quién cumple el rol de protección en este vínculo?
¿Se está dejando lugar al deseo de esa infancia con este tipo de afirmaciones?
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No es que no podamos tener esa sensación a veces  ¡Claro que podemos sentir que la  maternidad o paternidad le vino a imprimir un nuevo sentido a nuestra vida!  O que la maternidad/paternidad como responsabilidad nos hizo salir de lugares difíciles. Incluso, ser madres o padres nos salvó!
PERO
‼️Eso es muy distinto a hacer a nuestro  hijo o hija responsable de nuestro bienestar o hacerlo el o la «salvadora».
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⚠️Es claro que no hace falta pronunciar estas frases para que esto suceda y que  incluso se puede decir esto sin ubicar a nuestros hijxs en ese lugar en los actos.
Seguramente esta fue una frase al pasar (seleccionada muy convenientemente por la revista para generar impacto), pero ¿Qué pasaría si esto se traduce en el trato cotidiano que le damos a ese niño o niña?
Cuando les transmitimos el mandato de venir a hacernos felices (¿vieron la película «Guasón»?)
Cuando tomamos su deseo y libertad de ser el o ella misma bajo este pedido de quién, en realidad, debería cuidarle a él.
⚠️Podemos esto, aunque es importante tomar lo que nos pasa para poder trabajarlo en un espacio terapéutico, elaborarlo y así vincularlos más saludablemente.
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Dejo palabras de otro de mis escritos:
Un hijo no debiera ser el salvavidas de ninguna persona ni de ninguna pareja.
Ojalá podamos decirles a nuestros hijos e hijas:
«Hijo mío, hija mía: yo te libero de que me salves, de que me cuides, de que me des felicidad y de que sientas que me debes algo»
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¿Qué piensan? ¿Me cuentan qué les genera esas frases?

Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com

Semana mundial de la lactancia

Me parece sumamente importante destacar el cuidado que tuvimos en la organización de este evento al convocar una mesa interdisciplinaria para pensar las lactancias.
Lo que las familias necesitan a la hora de recibir a sus bebés e iniciar el camino de sus parentalidades es el soporte del entramado social en su conjunto, desde la familia nuclear hasta la comunidad en general. Es fundamental el rol del Estado a la hora de garantizar derechos y licencias igualitarias acordes a las necesidades de las familias que les permitan construir el vinculo con su bebé y fomenten la corresponsabilidad en la crianza .
Nosotras como profesionales de la salud tenemos la obligación y la responsabilidad de brindar información actualizada a la luz de la evidencia científica, libre de prejuicios, respetar los tiempos subjetivos de cada familia, cuidar la escena del nacimiento y los primeros momentos de vida al igual que la trayectoria vital durante la primera infancia, evitando interferencias e intervenciones iatrogenicas en los vínculos y las lactancias . Necesitamos que el sistema de salud actualice sus prácticas para hacerle lugar a la diversidad de configuraciones familiares y vinculares.

En esta breve presentación me gustaría enfocarme en el aspecto vincular que se pone en juego durante las lactancias.
Sabemos que lo que los bebés necesitan es contar con cuidadores estables, consistentes y responsivos con los cuales desarrollar un vínculo de apego. Este aspecto vincular se pone en marcha siempre en diversas configuraciones familiares.
Bolwby fue el referente de la teoría del apego, gracias a la cual podemos entender que la principal necesidad de un bebé y lo que asegura su supervivencia es el establecimiento de este vínculo de apego seguro con sus cuidadores principales.

Les traigo aquí está experiencia de Harlow, la cual se hizo conocida por la importancia que tuvo en identificar las necesidades de apego en primates.
Estos monitos fueron separados de su familia y obligados a convivir con dos prototipos: una mona de metal que tenía una mamadera con leche y una mona de peluche. ¿Cuál fue el descubrimiento más importante de esta cruel experiencia? El monito elegía pasar 23hs horas del día sobre el cuerpo de la mona de peluche y solo buscaba a la otra para alimentarse rápidamente y volver al cuerpo que le brindaba sosten.
Lo que nos enseña está experiencia es que la lactancia no es solo un hecho nutricional. Es a través de la alimentación como vínculo que los bebés experimentan el abrazo, el sostén, el contacto, huelen el cuerpo de sus cuidadores, escuchan su corazón, interactúan y se miran a los ojos.
Cómo vemos, todo esto que nombre y que es fundamental para su supervivencia y desarrollo saludable, puede brindarse a través del pecho y también a través de la mamadera.

Sabemos que la leche humana es el alimento más perfecto para el bebé humano y que tiene beneficios también para la salud de quién amamantar. Celebramos este encuentro para concientizar sobre la necesidad de seguir trabajando colectivamente y desde la responsabilidad social para la existencia de condiciones que garanticen el derecho a la lactancia, cuando está es deseada.
En el contexto de hoy, dónde las familias se encuentran con tan poca red de sostén y en el cual contar con puericultoras y psicólogas Perinatales es un privilegio, me parece central hacer incapié en esto: no basta con el deseo individual de amamantar, para que las lactancias sean posibles tiene que haber acompañamiento de todos los actores del sistema de salud, de políticas públicas y de la sociedad en general.

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Ahora bien, así sea porque la lactancia no es deseada, porque existe una lactancia mixta o bien cuando la configuración familiar no la posibilita, cómo es el caso de dos papás adoptantes, es importante que estás familias reciban el mismo apoyo y validación y que sepan que se puede dar la mamadera con el mismo amor.
Como dice Ibone Olza, psiquiatra Perinatal «que lo único que se pierda sea la leche materna»

Es por esto que elegimos para esta presentación el nombre «Lactancias», porque hay tantas formas de vivir la lactancia como familias y mientras el amor y el respeto por las necesidades de los bebés este presente, todas son igual de válidas.

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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

«Arréglate» mandatos de belleza

Me siento más fea
Más «desarreglada»
Más gorda
Me siento fofa
No soporto mis pelos
Desprolija
Abandonada
Estoy llena de canas
No me puedo ni ver al espejo
Así no quiero tener relaciones
Me hace sentir mal que me dijeron que estoy redonda.
Mi mamá me dice que tengo una ojeras horribles.

Esto me dijeron ustedes en las historias respecto a cómo vivían el impacto de la cuarentena en su imagen corporal.
Me preguntó por qué los varones, o la gran mayoría de ellos, no viven estos cambios en su apariencia de forma tan negativa. Ya que ellos también están privados de peluquería, con dificultades para hacer ejercicio físico y seguramente estén comiendo diferente o más de lo habitual.
Ellos gozan de inmunidad estética: «cuánto más feos más hermosos» dice un refrán.
De George Clooney pensamos que son sexys las canas.
De Richard Gere creemos que es un hombre maduro. A nosotras nos dicen «viejas».
Cuando no encajamos en los modelos de belleza hegemónica nos dicen feas, gordas, a ellxs «interesantes».
Privilegios del patriarcado.

Nosotras hemos crecido de la mano de las Barbies, de la tintura platinada, de las gaseosas de dieta, el yogurt para ir al baño y «no estar hinchadas», los tapa ojeras porque parece que ser mujer y verte cansada es un «pecado, los corpiños con relleno (no conozco varones que se rellenen la bragueta) y con la gilet en la mano en verano no vaya a ser que «se note que tenemos pelos».
Creo que está cuarentena nos está mostrando la realidad de nuestros cuerpos diversos sin maquillaje, a todes por igual.
Nos invita a preguntarnos ¿Somos esclavas o elegimos? ¿Son mandatos o deseos personales?
¿Nuestra valor se mide por nuestra apariencia? ¿Nos «cuidamos» para agradarnos a nosotras o para agradar a otrxs?
¿Medimos el valor de lxs otrxs por su apariencia? ¿Por qué necesitamos hacer comentarios y comparaciones sobre el cuerpo de lxs demás?

Yo quisiera que mi hija me vea quejándome menos y aceptando me más. ¿Qué piensan?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

«Empoderate»

Cada día las redes sociales nos acercan a más y más información. Muchas mujeres me preguntan:
¿Por qué es tan difícil maternar en estos tiempos? ¿La maternidad de «antes» era más relajada?¿Qué efecto tiene la sobre información en las mujeres que crían?

Es importante tomar decisiones informadas.
Saber cuáles son nuestros derechos, conocer leyes fundamentales al momento de maternar como la de parto y nacimiento respetado.
Tener acceso a diversas fuentes de información y a profesionales de distintas especialidades que puedan orientarnos con fundamento y actualización científica acerca de las recomendaciones en embarazo/parto/puerperio/crianza.
Ahora: el poder nadie nos lo puede dar. Lo tenemos que tomar.

Lxs profesionales no estamos para empoderar a nadie.
Pararnos desde decirles a las otras cómo deben gestar/parir/criar justamente es un lugar de tutelaje, paternalista que por el contrario, disminuye la sensación de capacidad materna y poderio.
El poder de tomar decisiones informadas, acordes a sus posibilidades y deseos, lo debe conquistar y construir cada persona.

Ninguna mujer debería ser juzgada por sus elecciones (mientras se proteja el trato digno y amoroso al niñx) menos por profesionales de la salud.
Estamos para acompañar el proceso de cada persona. Podemos informar para que tomen conciencia de sus deseos, ayudarlas a pensar qué quieren y pueden.
Pero es nuestra responsabilidad entender que son SUS elecciónes y que puede que no sean las que nosotros tomaríamos y esto DEBE ser respetado. Y no significa que estén más o menos empoderadas. Significa que es SU modo.
Un sujeto que se empodera es conciente de sus capacidades, recursos y su protagonismo.
Empoderarnos como mujeres en crianza implica confiar en nuestras elecciones, sentirnos capaces y protagonistas de nuestras decisiones.

¿Alguna vez te sentiste juzgada por tus elecciones?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Mandatos de belleza

De los creadores de «Así no llego al verano»:
«El lunes empiezo la dieta»
«¿Vas a salir con esos pelos?»
«Arréglate que pareces un varoncito»
«Este vestido me marca todos los rollos»
«Pareces un matambre»
«Así no llego al verano»
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¿Cuáles son los efectos de crecer escuchando esas frases de las mujeres del entorno?
¿Que pasa si nuestra propia madre las repite?
¿Que efecto tiene verla verse al espejo con bronca? ¿Con una disconformidad constante sobre si misma?
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Nuestro cuerpo no es un simple envase. Nuestro cuerpo no es una figura de exposición. No tiene que llegar a ningún lado, tiene que sostenernos, acompañarnos, dejarnos caminar y disfrutar.
Nuestro cuerpo somos nosotras.
Habitar el cuerpo, sus olores, sus abundancias y zonas de estrechez, sus ondulaciones y planicies, sus pelos y sus pieles suaves…
Habitar el cuerpo como territorio de placer y de goce, como territorio de dolor a veces, como territorio que abraza, gesta, ama, se exita y se calma.
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Enseñemos a disfrutar del cuerpo, a registrar sus zonas de placer, sus espacios sensibles.
Que nuestras hijas e hijos puedan usarlo para correr, saltar, bailar, cantar, comer rico y amar.
Que puedan identificar que les hace sentir cómodas y que no, que ropa las encierra y las aplasta y que ropa las libera y llena de energía.
Que puedan elegir vestir poco o mucho, con libertad.
Sin tener que pedirle permiso a la moda, al que dirán, al espejo, a la vecina o a sus amigas…
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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com