Pandemia y cuidados

Desde que empezo está Pandemia que no paro de recibir mensajes como este de mujeres agobiadas, desbordadas por la tarea de criar y cuidar en simultáneo.
Acompaño e intento pensar juntas herramientas para sostenerse en este contexto tan adverso. Y es que ellas, cómo muchas de ustedes, casi ni pueden quedarse de pie del cansancio, de la carga mental (triplicada), de las horas de sueño resignadas para poder cumplir las tareas de sus trabajos remunerados y las tareas de cuidado en sus hogares. Ahogadas de la culpa que les genera sentir que están descuidando a sus hijes por cumplir con sus tareas remuneradas (con escaso o ningún reconocimiento por parte de sus empleadores). Algunas ni siquiera pueden conciliar el sueño de los altísimos niveles de estrés por pasar el día entero tratando de cuidarles para que sus parejas puedan cumplir con su horario laboral completo (porque de los varones solo se espera que sean proveedores).
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Me preocupa que necesitemos pensar cómo mantener quietas a la niñeces de 2 años de edad, que les pidamos que no expresen sus necesidades.
Les voy a decir algo: quienes están mal NO SON USTEDES. No son ustedes que reaccionan al estrés sostenido y crónico con síntomas, con ansiedad y angustia. NO SON LAS INFANCIAS que piden a gritos atención y disponibilidad emocional. NO!
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LO QUE ESTA MAL ES ESTE SISTEMA PERVERSO QUE NOS PIDE QUE TRABAJEMOS COMO SI NO TUVIÉRAMOS QUE CUIDAR DE LAS INFANCIAS.
Está mal este sistema que pone por encima la ganancia económica, la verticalidad y el poder en detrimento del CUIDADO de las infancias y la salud mental de las personas. Está mal este sistema que nos obliga a desarrollar estrategias titanicas de adaptación y a tomar múltiples terapias para poder sobrevivir a su exploración. Está mal este sistema que nos arrebata el disfrute de la crianza, que nos enseña que las infancias molestan y son obstáculo a

nuestro «éxito». Está mal que la variable de ajuste siempre sean las infancias.
Perdón por no escribirles un post con «las 5 claves para organizar la rutina en Pandemia y ser las mejores madres» porque me sentiría hipócrita y sería un enorme mecanismo de negación.
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Abro espacio para Catarsis!

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Mandatos de belleza

De los creadores de «Así no llego al verano»:
«El lunes empiezo la dieta»
«¿Vas a salir con esos pelos?»
«Arréglate que pareces un varoncito»
«Este vestido me marca todos los rollos»
«Pareces un matambre»
«Así no llego al verano»
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¿Cuáles son los efectos de crecer escuchando esas frases de las mujeres del entorno?
¿Que pasa si nuestra propia madre las repite?
¿Que efecto tiene verla verse al espejo con bronca? ¿Con una disconformidad constante sobre si misma?
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Nuestro cuerpo no es un simple envase. Nuestro cuerpo no es una figura de exposición. No tiene que llegar a ningún lado, tiene que sostenernos, acompañarnos, dejarnos caminar y disfrutar.
Nuestro cuerpo somos nosotras.
Habitar el cuerpo, sus olores, sus abundancias y zonas de estrechez, sus ondulaciones y planicies, sus pelos y sus pieles suaves…
Habitar el cuerpo como territorio de placer y de goce, como territorio de dolor a veces, como territorio que abraza, gesta, ama, se exita y se calma.
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Enseñemos a disfrutar del cuerpo, a registrar sus zonas de placer, sus espacios sensibles.
Que nuestras hijas e hijos puedan usarlo para correr, saltar, bailar, cantar, comer rico y amar.
Que puedan identificar que les hace sentir cómodas y que no, que ropa las encierra y las aplasta y que ropa las libera y llena de energía.
Que puedan elegir vestir poco o mucho, con libertad.
Sin tener que pedirle permiso a la moda, al que dirán, al espejo, a la vecina o a sus amigas…
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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com