¿Te agota amamantar?

Dar la teta es un acto íntimo y primario. En él se involucra el cuerpo y el alma.
.

Es imposible dar la teta de forma
neutra, siempre representa sensaciones y emociones.
.

Dar la teta es parte de nuestra sexualidad.
.

Dar la teta puede experimentarse de forma placentera, despertar
pensamientos positivos y de poderío.
.

Dar la teta también
puede ser experimentado como un abuso, como un acto
intrusivo del espacio corporal.
.

Dar la teta puede generar
rechazo, sentimientos de tristeza y desesperación.
.

Dar la teta implica prestar una parte íntima, sexual, primaria.
.

Dar la teta puede ser agotador, insaciable.
.

Dar la teta puede ser
experimentado como un sacrificio.
.

Dar la teta NUNCA
debería ser una obligación.

Carolina Mora. De mi libro
«Camino al destete» de Editorial Planeta
@planetadelibrosar

¿Qué es el destete respetuoso?

¿Es posible un destete respetuoso? ¿Respetuoso de quién o de quiénes?
Si hay un destete “respetuoso” ¿Cómo son entonces los demás tipos de destete?
¿Intentar el destete respetuoso me hace “mejor mamá” y no hacerlo “peor”?

.
.
La lactancia es cosa de dos y tanto quien da la teta como quien la recibe deben sentirse a gusto con ello. Amamantar implica poner nuestra intimidad, nuestra sexualid*d y nuestro cuerpo al servicio de otra persona.
Es esperable que a medida que crecen empecemos a sentir la necesidad de «recuperar» nuestro cuerpo y muchas veces esto viene acompañado de sensaciones displacenteras o de rechazo al amamantar.
Escuchar esto es respetarnos!
Y respetar nuestro vínculo también!
Enseñar que tenemos que escuchar al cuerpo y que siempre podemos decir NO a qué otra persona nos haga algo que no queremos.
Es también enseñar ESI!

.
.
Me gusta considerar que el destete es un proceso singular de cada diada y de cada mujer, por lo que no existe “EL DESTETE” sino “LOS DESTETES”. Como en otros aspectos de la crianza, mejor dicho de “las crianzas” no hay una forma ideal de vivirlos, no hay un destete ideal.
Hay respeto cuando consideramos a nuestros hijos, hijas e hijes sujetos de derecho: cuando les anticipamos, cuando les hablamos de lo que sentimos, cuando acompañamos sus emociones y las sostenemos con amor.

.
Hay el destete que pudimos, que logramos con nuestros recursos, nuestras emociones, nuestras dificultades y el mayor o menor apoyo que recibimos del entorno. Esto implica que no hay un destete que este “bien” y uno que este “mal”, uno que nos haga “buenas” y otro que nos transforme en “malas”.
Socialmente tendemos a consumir discursos muy polarizados en relación a las crianzas y las maneras de maternar y esto nos lleva a sentimientos de culpa, inadecuación y a la falta de espontaneidad para vivir determinados procesos.
.
.
Te acompaño con mis libros (desliza para verlos)
📗»Camino al destete» de @planetadelibrosar
📗»Teta, mamá» un cuento para infancias de @abrazandocuentos

.
.
¿Qué es para vos el destete respetuoso? Y ?¿La crianza respetuosa ?
.

Nuestro desborde

Hoy te dormiste llorando
Y no porque estuvieras angustiado y siendo consolado en mis brazos, no.
Llorabas a causa mía, porque me sentí abrumada y desbordada levanté la voz.
¡Deja de tocarme la teta!
Llore y nos abrazamos hasta que finalmente dormiste.
.
.
¿Mala madre seré?
Hace meses ya no tomas.
Destetamos con amor, pero por deseo mío.
Vos hubieras seguido mucho tiempo más.
Está claro que la teta te sigue gustando.
.
.
Reemplazamos las tomas por cuentos.
Y mimos.
Y agua.
Y a veces, tu manito en mi pecho cuando no te podés dormir.

.
.
Tu destete me dió alivio.
Me sentía avasallada.
Invadida corporalmente.
Tu demanda me agobiaba.
.
.
Claro que seguís demandando.
Aprendiste que «el que no llora no mama»
Y te haces oír y ver.
.
.
Perdóname hijo las veces que no soy la madre que necesitas.
Pero a veces esa madre idealizada que nunca falla, no me deja ser la mujer que necesito ser yo.
.
.

Ahora dormís plácidamente.
Enredado en mis brazos.
Mañana sale el sol.
Mañana te vuelvo a hablarte con calma y paciencia.
Te amo
.
.
❤️Este escrito me lo regaló una mujer que acompaño y me autorizó a compartirlo en esta red. Gracias
A vos que me lees, todas podemos tener un momento difícil y de desborde.
Ahora sí sentís esto con frecuencia, es importante que busques ayuda terapéutica para sentirte mejor y acompañar mejor el vínculo con tus hijes

Nuestra última teta

Y sucedió, por última vez tomaste la teta.
Ya venías hace mucho con dos tomas, la de dormir y la de despertar. La toma de despertar se estaba alargando cada vez más y cada vez luchabas más por no soltarla. Entonces decidí dejar de darte al despertar a tus tres años. Tuvimos varios intentos fallidos. Hasta que un día, papá me propuso hacer una búsqueda del tesoro en las mañanas. Y así dejaste esa toma, la cambiaste por una sorpresa rica que encontrabas cada mañana.
.
.
Hoy tenés 3 años y 3 meses.
Nos vinimos de vacaciones a Córdoba. Mis planes eran armar un calendario de destete al regreso para el destete de la última toma que nos quedaba, la de dormir.
Pero la primera noche fue muy dura, llena de despertares y me género mucho rechazo consolarte con teta. Y sentí que era el momento, ya no podía más y no quería sostener unas vacaciones así.
Lo hablamos con papá y decidí dejar de dormirte con teta la noche siguiente.
Cuando me di cuenta me pregunte ¿Esa va a ser nuestra despedida? ¿Con enojo? ¿Así voy a recordar la última vez juntos con la teta?
Y no. Decidi que nos mereciamos una despedida.
.
.

Entonces te propuse tomar una última vez, para decirle a las tetas y a nosotros «gracias».
Hicimos este pequeño ritual en el río: te conté que la leche se iba, porque ya no la necesitabas. Hace meses que solo me salían gotas, nuestra lactancia era casi simbólica, afectiva.
Me preguntaste a dónde se iba, y se me ocurrió explicarte que el rio la llevaba para que otras mamás puedan dar teta a sus bebés pequeñitos. Vos ya estabas creciendo mucho y no la necesitabas tanto, eso te conté inspirada en mi cuento «Teta, mamá». Fue la forma que encontré.
Tomaste un poquito, de cada teta. Procure mirarte mucho a los ojos, como esas primeras veces que te di.
Vos dijiste gracias, yo también te agradeci a vos y a mi cuerpo. También te dije que a partir de ahora podías pedir todos los «upa» que quieras y que si extrañabas podías hacerle mimos a la teta.
Este es el retrato de ese momento, recuerdo que guardaré al infinito.
.

Los primeros días, el mayor desafío era acompañarte a conciliar el sueño.
En las vacaciones, te dormiste la mayoría de las veces paseando en auto, cuando volvíamos de comer. Hubo dos noches difíciles: te despertabas nervioso, pedías teta. Probamos consuelo conmigo, te ofrecía mimos, que acaricies la teta, cuentos… No había caso, no tolerabas mi presencia, te alteraba más.
Sabiamente papá me dijo que saliera del cuarto, y el si logro ayudarte a dormir.
Yo tenía angustia, miedo de haberme equivocado, pero sabía que debía confiar y que era esperable que aparecieran estás emociones tuyas.
.
.
Cuando volvimos, intentamos dormirte en la cama. Mimos, cuentos, acariciar a la teta. La única noche realmente difícil, fue la primera en casa. Lloraste muchísimo. Pedías la teta insistentemente. Hasta que se nos ocurrió ofrecerte pasear en cochecito. Y así lograste dormir, te pasamos a la cama y descansaste.
Esa se convirtió en nuestra nueva rutina. Todas las noches, pedis dormir en el cochecito.
A veces te llevo yo, a veces papá.
Yo me lo tomé como un momento para hacer algo de caminata, ,soles dormirte rápido, y después de corrido. Alguna que otra noche te despertas, venís a mi cama, me haces mimos en la teta. Y yo celebro poder compartir la misma cama y disfrutarlo, sin la angustia de sentirme obligada a amamantarte. Nos reencontramos en mimos y risas, cuentos inventados de mañana.
.
.
No sé por cuánto tiempo necesitaras el cochecito, pero estoy segura de que encontraremos otras maneras pronto.
Ayer te pusiste a jugar con una teta de tela que tengo en casa. Te la pones en tu pecho y jugas a qué me das teta. Me decís que tome del mismo lado que era tu preferido para dormir. Después, soltas un «ya está, no hay más leche, te la tomaste toda» y me reconozco en esas palabras.
Reímos. Me pediste el sacaleche para comprobar que de mis tetas no sale más. Recuperamos una mini gota y con el dedito la probaste. Sonreiste.
Estás procesando este destete, estamos juntes elaborando el duelo.
Somos felices. Nos reencontramos. Nos amamos.
.
.
No hay destetes imposibles, quizá si que cuestan un poco más.
Siempre cuentan con mi taller de destete ❤️

Lo encuentran en esta página para su compra, link:

https://www.criarentribu.com/talleres/detalle/16
🌈¿Están en proceso? ¿Ya destetaron?

Atravesando el destete

Hace unos días mi bebé me empezó a decir está frase. Si, yo sabía que estaba muy conectada por mi trabajo, pero no tenía idea de que lo estaba registrando con tanta claridad. También hace unos días, en algunas ocasiones que daba la teta, si no tenía el celular conmigo el me lo traía.
Ahí me di cuenta todas las veces que amamantaba mirando el teléfono.
.
.
Hace unos meses empezamos el camino al destete. La noche fue lo primero que ordenamos: yo le daba teta, le leía libros y luego el se terminaba de dormir con su papá paseando y colechaban ellos. Yo me quedaba durmiendo en el cuarto de la mayor en la cama que sería de Juli. Ese método nos resultó y el empezó a dormir de corrido, de 11 a 7/8, que despertaba y le daba teta. Ahora, con el frío no para paseo, lo empecé a dormir yo en su cama en su cuarto.
De día no había manera de ordenar, me pedía y yo, le daba porque era lo más cómodo para mí: no lidiaba con el enojo de el, miraba el celular o hacia otras cosas.
.
.
Estés último mes Juli estuvo durmiendo más inquieto y tuvo algunos despertares, que me llevaron a darle teta a mitad de la noche. Un día desperté con los pezones muy doloridos, muy irritados y le dije que no iba a darle teta en todo el día, solo iba a darle para dormir, porque se tenían que curar. El me vio ponerme crema para aliviar y use unos días remeras cerradas. Pensé que iba a ser tremendo, pero lo entendió mejor de lo que esperaba. Los primeros días me pedía tomar, le explicaba, un poco de queja y seguíamos jugando. Me sorprendió lo mucho que podría disfrutar el tiempo con el, sacando la teta del medio. Estos últimos días me pide verlas, les habla y se mata de risa. A veces se enoja y está más irritable, pero lo atravesamos. Ya no me ve casi con celular en mano, porque cuando estoy con el, tengo que estar a puro presente, mimos y juego.
.
.
Les cuento para que vean que para mí tampoco es fácil. El destete no siempre es un proceso lineal y controlado. Tiene sus ires y venires. Tiene mucho de artesanal
Recuerden que mi taller de destete @criarentribu las acompaña, siempre y lo compran desde el link de mi bio.

También apoyándome en mi libro «Teta, mamá»


.
.
¿Cómo van sus destetes?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

El psicoanálisis y el destete

Hoy quiero contarles de dónde parte la psicología a la hora de hablar de lactancia y destete. Para quienes no me conocen, me recibí en la facultad de psicología de la UBA en el año 2010. Durante todo mi recorrido como alumna en la facultad de psicología jamás escuche hablar con fundamentos científicos de la lactancia. Las pocas materias que trataban la temática del vínculo temprano entre el recién nacido y su mamá lo hacían desde una mirada que intentaba en su mayoría, detectar los indicios de patología en esta relación. La creencia fundamental tenía que ver con que este vínculo podía volverse excesivo, asfixiante y obturador para el desarrollo de niños y niñas.


Tomemos por ejemplo a Lacan, unos de los principales referentes psi que hemos adoptado en nuestro país, cuya teoría central en relación a la crianza se basa en la idea de que las madres podemos comportarnos como cocodrilos que a través de un deseo sin medidas podemos atrapar en nuestras fauces a nuestros hijos e hijas. Entonces, la única solución para poner un límite a este exceso es la interdicción o mediación del padre (o quien cumpla su función) que viene a provocar esta sana separación, liberando así al hijo. Desde esta perspectiva, la lactancia siempre se vio como una modalidad vincular que mantiene a hijos e hijas atrapados y fusionados al cuerpo materno.
Recuerdo que los primeros años de la carrera, atravesada por estos discursos que me transmitían como verdades absolutas, me horrorizaba pensar que mi madre me había amamantado hasta los dos años y medio. Varias veces la juzgue) por sostener la lactancia tanto tiempo o “prolongarla” más allá, pensando que había sido patológica esta conducta. Lo que sucede es que mayormente la lactancia es erróneamente significada desde la sexualidad adulta, como un vínculo perverso.

Por suerte, años más tarde decidí investigar más el tema y acompañar a muchas familias en sus procesos de lactancias. Me nutri y aprendí de colegas y puericultoras. Actualmente trabajo en el tema hace años e incluso soy autora del primer cuento de destete respetuoso de Argentina: «Teta, mamá» de Editorial Cien Lunas y Abrazandocuentos


Este juicio no fue sólo hacia mi madre, sino también lo trasladé a varias familias que me consultaban los primeros años de mi ejercicio profesional. Si bien durante la facultad había cursado algunas materias electivas, ligadas al desarrollo dela infancia que incorporaban a otros autores como Winnicott o Stern, el sesgo en cuanto a la duración de la lactancia seguía muy presente.
Winnicott, por ejemplo, es un autor que se dedicaba a la pediatría, la cual le permitió estar en contacto cercano con muchas diadas y triadas con bebés pequeños. Él da una importancia fundamental al vínculo temprano desde la creencia de que los bebés atraviesan un estado de fusión saludable con la madre durante los primeros meses de vida. En este tiempo es donde la lactancia funciona como conexión, nutrición tanto física como emocional. La importancia de sus ideas fue revolucionaria para su época y las contribuciones de su obra están aún muy reconocidas por todos los profesionales que trabajamos con familias. De todos modos, rastreando en la obra de Winnicott encontramos que propone una duración de la lactancia acotada: para el autor, el bebé estaba en condición de ser destetado cuando comenzaba la etapa de arrojar objetos. Esta hipótesis se basaba en que esto indicaba que estaba preparado psíquicamente para “dejar ir”, “soltar” o “desprenderse” de la teta como un objeto más. ¿En qué etapa sucede esto? Alrededor de los 8 meses, es decir que esta hipótesis coincide con la etapa que denominamos “angustia del octavo mes”. En esta etapa, el bebé comienza a ser consciente de que hay otras personas extrañas lo que lo hace notar que él mismo es un ser separado de su mamá, lo que activa la ansiedad de separación. Hoy podemos pensar ¿habrá algún momento más complicado para iniciar el destete que este? A simple vista, no parece buena idea pedirle a un bebé que se desprenda del pecho en una etapa donde esta activa la necesidad de cercanía con el cuerpo materno (o de sus cuidadores principales) como forma de contrarrestar la angustia de separación.


Como vemos, si bien existen algunos autores que reconocen la importancia de la lactancia, la cuestión de su duración se plantea como un límite para la salud psíquica y emocional.
Freud en sus primeros escritos desarrolla la teoría de que la prendida al pecho constituye la primera experiencia de satisfacción para la cría. Esta experiencia, deja una huella, una impronta, que el bebé tratará de repetir en busca de reencontrarse con ese placer inicial. Para Freud podríamos decir que este primer contacto es la chispa que enciende el deseo. En su teoría los humanos buscamos aquello que nos permite preservarnos como especie, una pulsión de auto conservación ligada a satisfacer nuestras necesidades vitales primordiales. El pecho le da al bebé el alimento nutricional físico que garantiza su supervivencia. Rápidamente advierte Freud que no todo termina allí, sino que es en ese plus de placer el bebé encuentra en el pecho, en el contacto con el cuerpo, en el abrazo que lo sostiene, en la mirada con quien le amamanta el que deja huella e inicia el movimiento deseante. Podríamos decir que aquí Freud ubica la lactancia como una modalidad vincular que nutre no sólo físicamente, sino (y sobretodo) emocional y psíquicamente: la succión siempre es nutritiva.


Para Dolto, el destete implica una separación similar a la castración (vinculándose con Lacan en este punto) donde es el bebé quién renuncia al estado de fusión con su madre. Ella vincula este proceso como necesario para que se den otros hitos del desarrollo y el crecimiento, como el habla. Como sabemos la evidencia actual nos demuestra que en condiciones de salud niños y niñas amamantados tienen un desarrollo similar a quienes han sido destetados más tempranamente. De todos modos, tiene sentido considerar al destete como el cierre de una etapa que da lugar a la transformación del vínculo.


Una autora que describe sin dudas la ambivalencia en el vínculo madre e hijo es Melanie Klein. Considera que la vinculación temprana para el bebé implica un proceso de indiferenciación. El bebé no sabe que es su mamá la dueña de las tetas, sino que las percibe como objetos parciales y recortados. Es así que cuando el bebé encuentra satisfechas sus demandas, percibe al pecho como bueno y por el contrario, cuando experimenta frustración o espera, lo percibe como pecho malo. Podríamos decir que uno de los desafíos que se presentan es el integrar en la misma persona, mamá o cuidador principal, la ambivalencia que todo vínculo conlleva. En quien materna también se manifiestan grados intensos de ambivalencias y contradicciones: queremos a nuestros hijos a la vez que necesitamos distanciarnos

.

Como vemos, en la mayoría de estos autores existen dos sesgos:
-Que el destete opera como separación necesaria con mamá (que puede ser devoradora u obstruir la vinculación con el mundo).
-Que el destete debe producirse en etapas tempranas, antes incluso de que el bebé diga sus primeras palabras.

Son muchos los y las profesionales que parten de estos supuestos para aconsejar a sus pacientes, interfiriendo en la lactancia de miles de familias. Es fácil advertir que si la cosmovisión de la lactancia es sesgada de este modo, la considere razonable sólo por cierto plazo de tiempo y luego del mismo, comience a presionar para que se produzca un destete.

Si continuar la lactancia implica potencial patología en el niño o niña, eso explica el por qué se desalienta a hacerlo.


Muchas mujeres vienen a la consulta debido a mi formación en psicología perinatal. No son pocas las que con anterioridad han realizado consultas con psicólogos/as sin formación específica y se han sentido incómodas. “Me dijo que destete porque ya esta grande”; “Ante cualquier dificultad que relato me dice que es a causa de lactancia”; “Minimiza mi angustia por no haber podido dar la teta de forma exclusiva”, son algunas de las frases recurrentes, en torno a las devoluciones que reciben en los consultorios de psicología respecto a la lactancia.

Quienes trabajamos con madres, padres y familias recientes debemos actualizarnos, informarnos en relación a la fisiología de la lactancia y el sueño, trabajar nuestros prejuicios para que no contaminen el espacio terapéutico y sobre todo: aprender que no debemos saberlo todo. Esta es la clave para poder trabajar en interdisciplina, nutrirnos de la especialidad de los otros, atender las situaciones que ameriten en diálogo continuo con puericultoras, pediatras, psiquiatras perinatales, doulas, etc.


Actualmente contamos con evidencia científica e información actualizada desde las neurociencias sobre el desarrollo de habilidades como el lenguaje y la socialización. Cada vez somos más los profesionales que tomando la evidencia actual, trabajamos para acompañar a las familias a construir vínculos desde la salud, con teta de por medio o sin ella.


Autores más actuales, como mi colega Ivana Rashkovan (2019) afirma que la lactancia es uno de los recursos más eficaces con los que cuenta una mamá, destacando el aspecto de regulación emocional a través del contacto afectivo que se produce en la mamada.

Ibone Olza, psiquiatra Perinatal e Infanto juvenil española, referente internacional plantea que es necesario «seguir insistiendo sobre todo en formar a todos los profesionales en la importancia y los beneficios de continuar amamantando pasados los primeros meses, que sepan que la lactancia «normal» es prolongada (entre dos y siete años).»


Con esto no estoy diciendo que no pueda existir patología o conflictiva en un vínculo entre una mamá-cuidadores principales y su hijo o hija. Lo que estoy diciendo es que no podemos basarnos en generalizaciones acerca de la lactancia para entender la complejidad los vínculos de crianza. No podemos decir a priori que la teta sea la causa del problema x, eso sería una generalización simplista causa-efecto. Puede pasar que muchas veces en el marco de un tratamiento terapéutico, con la alianza terapeuta- paciente consolidada, trabajando en equipo con esa mamá podamos advertir que en su caso en particular, hay algún aspecto de la lactancia que deja ver dificultades vinculares: cuando la teta se da por mandato, cuando se da porque no se puede vincular de otro modo, cuando se da con angustia o bronca, etc Si esto sucede, el espacio donde abordarlo es en la intimidad de la consulta, con el debido cuidado y respeto que merece, acercándonos con empatía al sufrimiento que manifiesta, buscando en conjunto con la paciente y la familia, alternativas que alivien y nutran el vínculo con su hijo o hija.

Porque, recordemos, hay muchas formas de nutrir el vínculo más allá de la teta.

Cómo dice Violeta vazquez, puericultora y directora de PYC Escuela de puericultura “Y, si, es cierto, hay mujeres que dan de mamar a niños de uno, dos, tres y siete años y tienen vínculos insanos con sus hijos, pero no por la teta, la lactancia puede ser un síntoma más de que no encuentran otra forma de relacionarse”.

En conclusión, a mis colegas y profesionales de salud afines:

Investiguen, pregunten y sobre todo escuchen. No se queden con sus prejuicios ni con frases repetidas en libros o teorizaciones de hace años. Permítanse acompañar a las personas que les consultan de forma respetuosa, sin verdades ni bajadas de línea que muchas veces son aplastantes de la subjetividad y expulsivas de los espacios.

Escuchen, historicen e indagen en conjunto con la persona: ¿Qué significado tiene la lactancia para ella?; ¿De qué otros modos se vinculan?; ¿Cómo fue esa historia de lactancia?; ¿Cómo fue su historia como hija?; ¿La lactancia es disfrutada o ya no?; ¿Interfiere u obstaculiza para esa infancia de algún modo?; ¿Qué desea esa persona que me consulta? Cuidemos las palabras que usamos, porque estamos ante personas que están bajo mucha exigencia, sobre carga de cuidados y juicios: las madres.

Recomiendo consultar:

EAPED

https://www.aeped.es/comite-nutricion-y-lactancia-materna/lactancia-materna/documentos/lactancia-materna-en-ninos-mayores-o

El documento: «Lactancia para psiquiatras* de Ibone Olza (se encuentra en Google)

Libro Lactivista de Ibone Olza

Lic. Carolina Mora

lic.carolinamora@gmail.com

Si se va la teta…

La última teta, el último upa, la última vez que se pasó a nuestra cama..
.¿Por qué no lo recordamos?
Si se va la teta
¿Que queda?
¿Cómo será la vida después del destete?
.
.
Si se va la teta, quedan abrazos y mimos.
Si se va la teta quedan los juegos nuevos construidos.
Si se va le teta, quedan canciones y nanas para dormir.
.
.
Si se va la teta, quedan vasitos de agua o leche que calman la sed.
Si se va la teta, queda la nutrición en todas sus formas.
Si se va la teta, queda en ese cuerpito las defensas que con cada gota de leche le dimos.
.
.
Si se va la teta, queda el recuerdo imborrable de lo compartido.
Si se va la teta, queda impreso en ese cuerpito el afecto recibido.
Si se va la teta, queda la memoria de los llantos consolados, las risas compartidas, las miradas y la complicidad.
.
.
Si se va la teta, queda el sostén familiar.
Si se va la teta, siempre, siempre
Quedara MAMÁ.
.
.
¿Ustedes tuvieron miedo de comenzar el destete?
Les recuerdo que cuentan con mi taller de destete de @criarentribu, en el link de mi bio está la info en mi web❤️

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Quiero destetar

«El destete sin consentimiento del hijo es consecuencia de una madre sin tiempo ni paciencia» le comentaron a una paciente en un grupo de crianza en las redes.
¿Qué puede sentir quién lee esto y desea destetar?
Entender que mis privilegios no son los de todas, mis deseos no son los de todas. No podemos pretender que otras personas reaccionen como yo lo haría.
Tampoco que tomen las mismas decisiones que yo en la crianza.
Conviene no juzgar la crianza ajena.
Maternamos con nuestra historia, con lo que hicimos de ella. Tomamos lo que valoramos de nuestra crianza y tratamos de no repetir lo que rechazamos o nos dañó.
Maternamos también con nuestros contextos: número de hijes, situación económica, si contamos con redes de sostén, si contamos con pareja activa y responsable.
Derribemos los nuevos mandatos también! Porque en base de expropiarnos de los viejos (venimos de crianzas a mamadera por un enorme desconocimiento de la lactancia) terminamos imponiendo nuevas formas de criar.
.
.
Y algo muy importante: maternamos de acuerdo a nuestro deseo (o su falta).
De él depende que disfrutemos de la lactancia siempre, que a veces no tanto o que pensemos en el destete.
Respetar las necesidades de nuestros hijos e hijas de contacto y afecto puede hacerse con (o sin) teta de por medio. Lactancia más larga no significa mejor. La duración de la lactancia no te hace mejor madre. ¿Qué ofrece una lactancia por obligación o desde el hartazgo?
Las mujeres nos estamos dando el permiso para visibilizar que la maternidad no es algo rosa e idealizado, que tiene sus ambivalencia y vamos encontrando nuestros propios límites en cómo deseamos ejercerla.
.
.
Quizá mejor sea seguir el viejo proverbio algo así como «si no tenes algo bueno para decir, mejor no digas nada».
Lo mejor es respetar como materna la otra (siempre que no exista daño o negligencia) y preguntarle:
¿Creés que te puedo ayudar en algo? Si deseas destetar, te acompaño con mi taller de destete @criarentribu y mi libro «Teta, Mamá».
.
.
¿Alguna vez se abrieron juzgadas por su maternar por otra mamá?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Celebración de destete

La celebración de destete es un ritual que muchas familias hacen a la hora de despedirse de su lactancia.
¿Sabías que hacer rituales puede ayudar a elaborar procesos de duelo o despedida?
Muchas mamás viven el proceso de destete como un momento de intensa ambivalencia, por un lado de desearlo y por el otro de añorar los tiempos en qué todo era teta.
Es esperable entonces que se dificulte a veces hacer este cierre de etapa.
.
.
Para elaborar el proceso, tanto de la mujer como de su hijo o hija suelo recomendar escribir el relato de lactancia (con detalles en el proceso de destete). Este relato funciona en si mismo como un ritual y es una forma de poner en palabras, compartir con nuestro hijo o hija como vivimos juntos ese momento. Es sumamente liberador!
Todas las que han atravesado el proceso conmigo saben que lo aliento muchísimo.
.
.

Otra de las formas es la creación de algún ritual que simbolice el paso por esta lactancia y el salto hacia una nueva etapa en el vínculo. Este puede ser sacarse una fotografía especial con su hijo amamantando, hacerse una joya de leche materna (recomiendo a mis amigos de @axolotl.de.metal.joyas ) y otra de las opciones es hacer una «fiesta de destete». ¿Qué es eso? Simplemente celebrar, en el núcleo íntimo de la familia, la lactancia que se tuvo y despedirla con todos los honores que la teta merece. Algunas familias hacen una torta, inventan canciones, ven fotografías, se cuentan la historia de lactancia, etc.
Es un momento de mucho disfrute, nostalgia y amor que dejara un recuerdo imborrable.
.
.
Acá les muestro la foto que me mandó una de ustedes, en su celebración de despedida de lactancia. ¿No arrasa el amor atraves de la pantalla? La sensación de logro que transmite esa imagen es incomparable. ¡Gracias por permitirme publicarla!
Ella acompaño el proceso con mi libro «Teta, Mamá» y con mi taller de destete (disponible siempre en @criarentribu).


.
.
¿Se les hubiera ocurrido una idea así? ¿Ritualizaron el destete?  #tetamamadestete

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

¿Lactancia y lenguaje?

¿Qué hay de cierto en esta afirmación? Gracias @jtfonoaudiologia por hechar luz sobre este tema.
.
La adquisición del lenguaje es posible porque contamos con condiciones biológicas que se activan en presencia de interacción con el medio ambiente, es decir tenemos una capacidad innata y la interacción con las personas significativas (mamá, papá, hermanos, abuelos) hace que se active esta capacidad que tenemos las personas para hablar!!
.
Para poder adquirir el lenguaje además tenemos que desarrollar intencionalidad comunicativa, es decir tener un motor que nos impulse a comunicarnos con otros. Podemos comunicarnos aún sin hablar, con nuestras miradas, gestos, sonidos, contacto físico.
La lactancia materna constituye desde el inicio un medio de comunicación privilegiado entre la mamá y bebé mediatizado por contacto físico, las miradas, las palabras, las risas.
.
.

NO encontré ninguna investigación que sustente la lactancia como factor causal de retraso en la adquisición del lenguaje.
Por el contrario, existen investigaciones que relacionan la lactancia materna con efectos positivos en el desarrollo del lenguaje existiendo una relación causal entre duración de la lactancia y el lenguaje receptivo, la inteligencia verbal y no verbal.
.
Si un niño presenta un retraso en la adquisición del lenguaje debe ser evaluado por un profesional, que sea respetuoso del vinculo entre ambos sin interferir en decisiones familiares. Las dificultades en el lenguaje son de origen multicausal y no pueden atribuirse o condicionarse a una sola causa.
.
Si tu hijo no habla, y no deseas destetar, consulta a un profesional empatico que los acompañe paso a paso en el camino hacia el desarrollo del lenguaje
Si querés destetar, que sea por tu deseo o motivos fundados (y contas con mi taller de @criarentribu y mi libro Teta, Mamá)
@delpinofoto

.
¿Alguna vez sus pediatras/familiares/conocidos culparon a la teta?

LIC. cAROLINA mORA

MAIL lic.carolinamora@gmail.com