Despedida a mi abuelo

Acá estoy sentada a tu lado tomando tu mano.
Estamos esperando, esperando como en un parto, pero exactamente al revés.
Ironías de la vida, así como hay que saber acompañar el nacimiento, también hay que aprender a acompañar los muerte.
Hoy estoy haciendo este aprendizaje con vos, acá, agarrando tu mano.
Parecen cosas insignificantes las que puedo hacer por vos.
Tomar tu mano
Cantarte un tango
Escuchar junto a vos «La Sole».
Mantenerte lo más limpio y ¿Cómodo? posible
Decirte que te quiero
Decirte que me enseñaste mucho
Decirte «Gracias»
Decirte también que «ya está», que está bien querer irte, no querer vivir así.
No nos debes nada, nos diste todo.
Te cuidamos lo mejor que pudimos, lo mejor que la burocracia y el negocio de la salud nos dejó.
Te vas a ir como vos hubieras querido, rodeado de la gente que realmente te quiere y a la que realmente le importas.
Nada de hospitales, de pinchazos, de médicos fríos y enfermeras apuradas. Nada de aislamiento, en tiempos de Pandemia muchos volvemos a las viejas costumbres de nacer y morir en casa.
Te vas a ver a la abuela y tú hijo, porque sé que de alguna manera volvemos a re encontrar a los que amamos.
Quizá, como leí una vez en un libro, quizá volvemos al lugar que estábamos antes de nacer, que aunque no lo recuerdo, no me parece un sitio triste (Libro Para Siempre).
Lo bueno de la Pandemia es que con el barbijo no necesito pañuelo (si, estás pavadas piensa tu nieta).
Te libero abuelo, te libero de estar acá en en cuerpo que hace meses no te respondía ni correspondía.
Se libre abuelo
(Deje de escribir porque me di cuenta que su respiración era cada vez más lenta. Llame a mi familia para que nos empecemos a despedir).
A las 16:45 te fuiste. Sonaba «A Don Ata» de La Sole.
«Que dios lo bendiga, lo tenga en la gloria, por tantos recuerdos lindos y por su memoria»

Nota posterior:

Siempre, recomiendo escribir para transitar los duelos.

Escribir sobre el ser amado, despedirnos si no pudimos, agradecer, son formas de liberar y transitar el dolor.

La muerte de un hijo

No es una perdida
Es la muerte de un hijo
No perdí un objeto,
Por más que lo busque, no lo podré encontrar.
No es sólo una perdida,
No es un embarazo,
Era mi pequeño.
Tal vez para otros era milimétrico, dirán que ocupo un espacio minúsculo en mi ser.
Mi útero era su casa.
No sé por qué se fue. .
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Quise cobijarlo,
Abrazarlo,
Contenerlo y abrigarlo.
Imaginaba un nombre,
Su rostro,
Soñaba con sentirlo,
Jugábamos a adivinar el color de sus ojos. .
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Tuve que soltarlo.
Dejarlo ir.
Despedirme.
Desarmar mis sueños,
Desprenderme de la ilusión de verle crecer.
Decirle adiós.
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Me quedé con mil historias por contar,
Con abrazos para dar.
Me sentí vacía.
Me enoje con mi cuerpo,
Ese mismo que supo crearlo pero no alcanzó para sostenerlo.
Me enoje con mis sueños y mis ilusiones.
Me enoje con la injusticia que dejaba que otras si disfrutaran de ver sus panzas crecer.
Me enoje. Me mire. Sentí pena por mi. Me abracé.
Me dije a mi misma que no fue mi culpa. Me permiti vivir este duelo. .
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Un día me permiti reír nuevamente.
Me permiti mirarme al espejo y re encontrarme.
Me permiti volver a ilusionarme.
Me permiti ser más honesta con mis miedos, mis dudas, mis sueños y mis deseos.
Me permiti volver a intentarlo.
Me permiti creer que está vez sería distinto. Me permiti aceptar, dejar de duelos, porque en este contexto también duelen otras cosas…

Imagen: @o_trocantintas
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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

El Destete es un trabajo

Muchas mujeres me consultan muy agotadas de la lactancia.
Necesitan que su pequeño demandé menos teta, se sienten agobiadas y cansadas de «poner el cuerpo». Ven en el destete la llave para su independencia. Ansían que esto ocurra. .
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«El destete, al igual que la lactancia, es un trabajo». Esta es una de las primeras frases que les digo en las consultas.
La mayoría asiente y se asombra, diciendome que nunca lo pensaron así. .
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Si. El destete lleva trabajo. Implica tiempo, mucha presencia y creatividad. Implica decisión y convicción, perseverancia y coherencia en las acciones. Es importante tener en claro el objetivo. Diría que tendremos que poner la misma energía, la misma «garra» que destinamos a establecer la lactancia. .
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El destete implica seguir poniendo el cuerpo, ya no con las tetas como protagonistas, sino de cuerpo entero. Implica sostener, acompañar, ofrecer alternativas y mucha muchísima creatividad.
Muchas veces destinaremos más tiempo a actividades que se solucionaban rápidamente con teta: más tiempo para dormir, más para consolar, más para divertirnos juntos….
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El destete implica trabajo, ¡Para que negarlo!
También implica encontrarnos desde otro lugar con nuestro hijo o hija, implica confianza, implica logro, crecimZiento, disfrute y nueva autonomía ganada…
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¿Te costó trabajo o te está costando trabajo destetar?
Les recuerdo que cuentan con el taller de Destete online que arme para @criarentribu
#destete #desteterespetuoso #tetamamadestete #maternidad #paternidad #crianza

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Pechos llenos, brazos vacíos

Comenzar la maternidad con los brazos vacíos y los pechos llenos es una experiencia devastadora.
Llegar a casa y no querer salir para no recibir las felicitaciones de los vecinos que suponen que la dulce espera ha terminado.
Y la dulce espera ha terminado, pero de una manera impredecible, jamás imaginada y desoladora.
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Vivir la experiencia de parir a un hijo sin vida, de estar ingresada en el piso de maternidad conviviendo con la felicidad ajena, escuchando el llanto de bebés que hacen que de los pechos broten lágrimas de leche.
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Recibir un papel con dos siglas «N,N» donde debía figurar un nombre, elegido con amor y que inscriba de forma simbólica ese ser que si existió.
Ser llamada «mami» o «mamita» por enfermeras y personal médico, no ser debidamente informada sobre los derechos que tienen las mujeres que atraviesan está experiencia. Ser infantilizadas y no recibir apoyo psicológico durante los días de internación.
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Llegar a casa con la sensacion abrumadora de la irrealidad de lo vivido, sentir el vacío profundo en el cuerpo y el alma.
El entorno mirando con miedo la situación, sin saber que hacer ni como contener. Hablando de más queriendo aliviar con expresiones como «sos joven, vas a tener otro…por algo suceden las cosas …ahora es un angelito» o no dando lugar a la palabra, empujando a seguir adelante, como si no hubiera ocurrido nada.
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La muerte perinatal es un evento potencialmente traumático que quiebra en dos la identidad, marca un antes y un después.
Es saberse madre…madre de un bebé que ha muerte muy pronto.
No hay palabra que represente está situación en la sociedad, no hay forma de nombrar lo innombrable.
En la mayoría de las instituciones no hay protocolos para asistir como corresponde a las familias que atraviesan esta catástrofe.
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Actualmente no contamos con una ley que resguarde específicamente los derechos de las familias que viven la muerte gestacional o perinatal.
Somos una sociedad que le cuesta lidiar con la muerte. No queremos nombrarla, nos queremos saltar los duelos.
Mucho más aún al recibir la muerte cuando se espera la vida. La muerte de un bebé es un tabú.
No dejemos a las familias solas.

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Duelo en el proceso de destete

El destete también es un duelo
Significa cerrar una etapa, dejar atrás esa forma de vincularlos.
La teta deja de ser la protagonista de esta historia. .
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Esa misma teta que fue el primer contacto que nuestro bebé tuvo con nosotras, la que hizo que nos reconociera, se alimentará y creciera durante los primeros meses cuando nada más podía comer.
La teta que también era almohada, posima mágica para entrar en el dormir, con la que soñaba succionando en el aire.
Ella también como remedio, curaba y era la vacuna contra los males más terribles que podemos imaginar las mamás.
Esa teta que acompañaba, que le daba seguridad en situaciones nuevas, a la que se aferraba ante el encuentro con desconocidos o la que abrazaba cuando tenía miedo.
A la que le gritaba de felicidad cuando había que festejar algo, cuando nos reencontrabamos luego del trabajo o a la salida del jardín.
Esa que tomaba mientras se dibujaba una sonrisa en su boca por los mimos y cosquillas compartidas. .
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La entrañable #teta. ¡Como cuesta duelar esa etapa! ¡Dejar ir a la teta!
Despedirnos de esa forma de vínculo para reencontrarnos, transformando el amor.
Y las tetas se transforman en abrazos, caricias, manos que hacen «sana, sana», cantos que consuelan, besos que se reparten, juegos nuevos que inventar y cuentos a la hora de dormir.
Un día nos miramos al espejo y nos vemos pudiendo sin la teta. Ahora nos damos cuenta que las protagonistas de este #vínculo siempre fuimos nosotras, con ellxs, de cuerpo entero. #Mamá. .
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Hay que transitar este duelo. Hablar de él. Escribir. Ritualizarlo también. Una opción de ritual maravillosa para guardar un pedacito de esta etapa es transformar esas gotitas de leche en un recuerdo para toda la vida. A nosotros nos hizo este anillo con mi leche la familia de @axolotl.de.metal.joyas que con mucho amor hace joyas hermosas con material orgánico (aclaro aún no estamos en proceso de destete). .
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Les cuento que a partir del 1/10 estará disponible el taller que arme para @criarentribu para acompañarlas en este proceso de destete. .
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¿Sintieron el #destete como un #duelo?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

El duelo en la infancia

Hablar de la muerte o la enfermedad es algo que genera mucha incomodidad en los adultxs. Si prestan atención van a ver qué lo evitamos, usamos metáforas o incluso preferimos hablar del tema con humor, porque de alguna forma es más tolerable que la angustia que nos genera.
Es frecuente que vivamos los duelos en soledad y en silencio, muchas veces con la presión de «volver a la vida normal» lo más pronto posible. .
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La frase más escuchada ante la muerte es «hay que seguir adelante» o «tenemos que ser fuertes». Es poco habitual que alguien autorice la expresión del dolor y nos diga «vas a estar triste, es esperable. Llora lo que necesites, recordá y habla de la persona que perdiste si así lo sentís». .
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Por lo general nos incómoda tanto el tema que taponamos pronto la expresión de angustia, porque la muerte de otra persona nos recuerda la finitud de nuestra propia vida. El «seguir adelante» también es funcional a nuestro sistema productivo, sin ir más lejos, en Argentina contamos con licencias por fallecimiento de esposa, concubina, hijos y padres de 3 días corridos y por fallecimiento de hermano 1 día. ¿Increíble no? .
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En este contexto no es raro que si a los adultxs nos cuesta hablar de la muerte y elaborar los duelos, nos cueste aún más hablar de la muerte o la enfermedad a nuestros hijos e hijas y acompañar sus duelos.
Por miedo y desconocimiento son muchas las familias que ocultan la enfermedad de personas cercanas y queridas a los menores de la casa. A los niños y niñas poco y nada se les explica de estas situaciones, no permitiéndoles poner en palabras como se sienten y hacer el trabajo de preparación o duelo necesario y saludable. .
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Es logico tener miedo y no querer herir a nuestros hijxs, por eso es importante informarnos y buscar asesoramiento profesional para poder abordar este tema con confianza y de la mejor forma posible, teniendo en cuenta las
creencias de cada familia.

Para hablar de la muerte con niñes es importante tener en cuenta su edad, el grado de comprensión y el vínculo que tenía con quién ha fallecido.
Cuando ocurre la muerte de un familiar o alguna persona importante, elles perciben que algo está sucediendo por más que ocultemos las lágrimas, aún siendo muy pequeños.

Perciben la tensión, él clima de tristeza, la angustia y el no tener explicación puede llegar a generar las fantasías más variadas para explicarse lo ocurrido. Incluso pueden pensar que hicieron algo incorrecto o malo, generándoles culpa o miedo.

Es importante anticiparles cuando suceden procesos de enfermedad con la verdad, con palabras claras y sencillas y siempre dejándonos guiar por las preguntas que vayan haciendo. El tiempo de enfermedad o internacion si lo hay, ayuda a comenzar a elaborar la pérdida y la despedida.

Conversar en familia y acordar cuál será la información que le darán permitirá ofrecer un relato coherente y consistente que le brinde seguridad. Si la familia tiene creencias de fe aquí se las puede tener en cuenta.

Es importante:
Escuchar las preguntas del niño o niña.Responder con lenguaje acordé a su edad pero con la verdad.
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Utilizar palabras sencillas y dar detalles a medida que los pida.Ofrecer la posibilidad de formular preguntas.
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Permitir la libre expresión de sus emociones. Muchas veces será a través de dibujos o juegos. Incluso varios de después meses seguirán apareciendo expresiones como mecanismos de elaboración y recuerdo.
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Ofrecer la posibilidad de despedirse del ser querido de acuerdo al ritual de cada familia.
Si hay velatorio o entierro se puede anticipar como será para que, si la familia está de acuerdo, decidan si quieren participar.
También se puede ofrecer que le escriban una carta o hagan un dibujo para que los adultos lo lleven. Evitar obligarlos a asistir o a ver el cuerpo.
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Evitar frases inespecificas como «se fue», «ya no está», que puedan dar una idea errónea al niñx e inseguridad. La lectura de cuentos infantiles puede ayudar a su elaboración: «Un hueco», «Vacío» y «Para siempre» son mis más preferidos.
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Es primordial evitar las mentiras y no ocultar las emociones. Poder demostrar y poner en palabras que estamos tristes por la perdida permitirá transitar el duelo más sanamente.

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Seguramente después de una situación nos llenen de preguntas en relación a la muerte, esto es esperable y sano. Suele ser más difícil para los adultos que para elles lidiar con el tema.
En la infancia comprenden la muerte explicada como algo natural
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Tienen sus primeros contactos con ella con la muerte de insectos o mascotas generalmente.
Acá en casa mi nena la descubrió con jugando con bichitos bolita, que de repente morían.
Fue interpretando que morir es quedarse quieto y hablamos de que dejamos de respirar y el corazón deja de latir.
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De acuerdo a la creencia familiar se puede hablar de cómo las personas vivimos en los recuerdos del ser amado y los momentos compartidos.
Una actividad que ayuda a procesar el duelo es armar una caja de recuerdos, donde guardar objetos o fotografías de la persona querida.

Dar espacios para la tristeza, que actualmente da mucho miedo contactarnos con ella e intentamos taparla como sea, pudiendo darse una diversidad de síntomas.
Recomiendo muchísimo la película «Coco».
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Siempre que sentimos que no podemos lidiar con el tema es importante buscar ayuda profesional en psicólogos/as que trabajen la temática, aunque me gustaría destacar que el duelo no es un proceso patológico en si mismo.
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Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

Cuando llega la muerte, mientras esperamos la vida

Esta imagen no llegó de casualidad a mis manos. Es el monumento en memoria a los hijos fallecidos, en la entrada de Concepción del Uruguay. La encontré buscando fotos de «animales de la granja» para una tarea del jardín con mi hija. Va, ella me encontró. Y así la guardé, sabiendo que llegaría el momento exacto para compartirla.

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Ya he escrito otras entradas en relación al duelo gestacional y perinatal, pero mucho antes de vérmelas con él cara a cara, con toda su crudeza. Desde hace unos años escucho a mujeres relatar sus abortos, sus pérdidas, tengo fresco en mi mente las expresiones de sus rostros al hablar del dolor físico, de la vergüenza al ser expuestos sus cuerpos frente a infinidad de médicos y personal de salud sin ellos reparar en la necesidad de intimidad y lo sagrado de ese momento de dolor. He acompañado sus lágrimas, abrazándolas, transitando el proceso de duelo, con sus idas y venidas. Pero recién fue a partir del trabajo en hospital, cuando me vi la cara frente a frente, con la crudeza del momento de la muerte.

Esta semana me tocó acompañar una mujer durante su aborto espontáneo en el Hospital. El corazón de su pequeño bebé dejo de latir a las 20 semanas y estaban induciendo su parto para expulsar los restos. La sangre que se lleva la vida y los sueños, del dolor emocional inconsolable, el aturdimiento y la puesta en juego de un cuerpo dolido, apaleado, manoseado, abierto. Un cuerpo femenino partido, ¿cuánto dolor cargan nuestros cuerpos de mujeres desde nuestrxs ancestrxs?

Un dolor que se abre paso en silencio, a veces a los gritos, pero que es ignorado, invadido, intervenido. Para el otro, el de ambo y bata blanca, sólo consiste en una rutina: un aborto más. «Quedate tranquila mami, ya pasa» se escucha, si es que le hablan. Y la soledad. Y el frío en la piel. La falta de empatía de lxs profesionales en estas situaciones es deshumanizante y la mayoría de las mujeres que atraviesan una pérdida gestacional y perinatal en las instituciones de salud deben enfrentarse con la indiferencia de los equipos. ¿Cómo presentar los restos de ese hijo a la mujer que acaba de perderlo? ¿Subjetivamos esa muerte o la consideramos un desecho patológico? ¿Desde cuándo es persona y pueden ser tratados como tales los restos? Preguntas que resuenan…Sin dudas fue la situación más difícil que me tocó acompañar. Y agradezco haberlo hecho, porque esa mujer contó con alguién que la miró a los ojos, que la llamó por su nombre propio, que le acarició el cabello cuando el dolor ensordecía, que le puso voz a sus malestares ante el equipo médico, que la acompañó en el trabajo de subjetivar los restos de ese hijx, en su memoria y en su encadenamiento familiar. Sí. Nos gustaría hacer más. Cambiar el sistema en su totalidad. Sí, quedan pendientes que corregir.

Y aquí vuelvo a la imagen que me llegó por casualidad gracias a la tarea del jardín.

Hace unos días una paciente me contó de una historia que dice: «durante el embarazo, como una estrella fugaz el alma de ese ser llega al vientre para ser gestado. Si el embarazo se interrumpe, entonces la estrella vuelve al cielo».

Es un embrión o feto para la medicina, pero cuando es subjetivado por la persona gestante, se convierte en un hijx. Cuando hay hijx hay duelo, tenga días, semanas o meses creciendo en el útero. Y cuando hay duelo, generalmente es un proceso que lo vive la persona gestante en primer lugar, pero que también alcanza a la pareja si la hay, los abuelxs, y hasta los hermanitxs. Incluso, si nacen años depúes de esa muerte, si son «bebés arcoiris». Yo fui una bebé arcoiris, llegué despúes de la pérdida de un embarazo de 3 meses de gestación y de la muerte intrauterina de dos hermanos gemelos a sus 6 meses de gestación. Incluso sin haberlos conocido, sin haber vivenciado su gestación, los efectos de ese duelo me atraviesan en mi biografía. Siempre me consideré hija única, ahora, entiendo, que no soy única. Tuve dos hermanos que no llegaron a conocer la vida extrauterina, pero me preceden en mi encadenamiento familiar.

Necesitamos visibilizar estos duelos, necesitamos un acompañamiento más amoroso, respetuoso y humanizado dentro y fuera del hospital, de los duelos gestacionales y perinatales.

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Monumento en memoria a los hijos fallecidos, en la entrada de Concepción del Uruguay.

Lic. Carolina Mora

Psicóloga

Mail lic.carolinamora@gmail.com