Me pide un hermanito ¿Qué hago?

Una de ustedes me preguntó esto y me hizo pensar mucho. Lo comparto acá:

Un hijx no es un objeto que se puede tener o conseguir, así sin más.
Es una persona que requiere todo nuestro tiempo, responsabilidad y (ojalá) deseo.
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✔️Claro que es válido que nuestro hijo o hija mayor exprese lo que siente en relación a tener un hermanito, pero:
¿Es una expresión de deseo, de curiosidad o simplemente de querer vivir una experiencia que ve en otros pares?
Probablemente ese pedido tan insistente nos este hablando de una necesidad propia detrás, descubrirla es el desafío.
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La gran pregunta es:
¿Y nosotras qué queremos?
¿Deseamos realmente vivir una otra maternidad? ¿Tenemos disponibilidad afectiva para la crianza de otra persona?
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⚠️Recordemos que la etapa de bebé dura muy poco en comparación con el compromiso de la crianza y el acompañamiento el resto de la vida.
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Este pedido es una excelente oportunidad para enseñarle a nuestros hijos e hijas acerca de la soberanía de nuestros cuerpos como territorio personalisimo y de nuestro propio deseo

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¿Les pasó que les «pidieran» un hermanito/hermanita?
¿Qué sintieron?

La transición a mamá de dos

Transitar el duelo de la mama de uno,
Para re nacer como mamá de dos (o más).
Con cada nuevo nacimiento, también nace una nueva versión de mamá en nosotras.
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Con este nuevo bebé que llega a casa, también llega una nueva mamá.
Quizá todavía no somos muy conscientes y al comienzo solamente creemos que somos la misma, sumando un nuevo hijo/hija.
Pero ¿Cómo ser la misma si ahora estamos divididas?
¿Si ahora, convivimos con dos pedidos a la vez?
¿Si vemos al mayor o la mayor reclamar ante este cambio?
Quizá, el estrés de los primeros meses de maternidad doble tenga que ver sobretodo con eso: entender que desde ahora, vamos a fallar un poquito más.
Desde que se amplia está familia, alguien siempre va a tener que esperar un rato más.
Y seguramente haya siempre algo que no vamos a llegar a hacer en el día (si es que ya no lo había).
Y alguien que se quede con ganas de jugar o pasar más tiempo con mamá (o nosotras extrañemos el tiempo exclusivo con alguno de los hijos).
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El duelo por nuestra versión de mamá de uno, no es más que una transición, una nueva metamorfosis en nuestra identidad que debemos atravesar.
¿Acaso nos mintieron cuando nos dijeron que es más fácil la segunda vez?
Quizá un poco si, un poco porque no hay generalidad que sirva para cada caso y otro poco porque no nos hablaron de la culpa que se vive en el camino.
Es mentira que «se crian solos».
Pero también quizá un poco no, porque «la parte más gruesa» de construir nuestra identidad de madre (entre otras) ya está transitada.
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De este nuevo caos, de tiempos, necesidades y deseos, re nacemos.
Darse tiempo, hacerse espacios, hablar, llorar, reír, enojarse y volver a abrazarse.
Esto también pasará, pero de seguro mucho aprendizaje dejara
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¿Cómo vivieron está «segunda vuelta» ?

Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com

Llega de hermanitx en Pandemia

«Estoy embarazada y tengo fecha estos días, en la clínica no dejan que mi hijo mayor vaya a conocer al hermanito, ¿Cómo me manejo esos días con él?»
Si el nacimiento de un segundo hijo o hija ya traía bastante culpa o temor a «desplazar» al primero, en este contexto se puede ver acrecentado.
Cómo siempre les digo, no hay fórmulas para nadie, pero si podemos pensar algunas líneas de acompañamiento posibles.
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Si tenías pensado que tú mayor se quede con sus abuelos o abuelas, tal vez estés re definiendo el modo. A la institución no puede ir, tal vez pasen 48 o 72hs sin verse.
¿Que podés hacer? Construir una narrativa, un relato que le brinde contención y le permita simbolizar algo de todo esto. Es posible que tú hije sienta confusión, enojo, miedo, tristeza o ansiedad y alegría ante la inminente llegada del nuevo bebé a la familia. Una propuesta interesante, además de los típicos cuentos de llegada de hermanitx, es escribirle vos, a su medida, un relato, un cuento para elaborar algo de esto. El personaje de «El monstruo de los colores» es una buena base por su versatilidad y sencillez para hablar de las emociones (acá no hay nuevo bebé pero lo use para hablar de la Pandemia).

Podés elaborar un calendario de la semana en la que se produce el nacimiento, dónde ubicar con quién va a estar durante tu internación y que actividades puede hacer. No hace falta que se lo muestres con demasiada anticipación, puede incluso elaborarlo con quién le cuida el mismo día que te internas. La idea es que le sirva para ordenar el tiempo y marcar los días que faltan para volver a verte y conocer al nuevo bebé.
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Cada día podés dejarle una sorpresa, que le recuerde que pensas en el o ella. Puede ser un vídeo de vos contándole un cuento, un dibujo o una búsqueda del tesoro, no es necesario que sea algo material o comprado, podés incluso envolver un juguete que use con poca frecuencia.
Si querés que reciba algún regalo cuando conozca al bebé, una alternativa es decirle que es un reconocimiento porque se convirtió en hermano/hermana mayor.

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¿Están atravesando está situación? ¿Qué estrategias usaron?

Lic. Carolina Mora

Mail lic.carolinamora@gmail.com

La llegada del hermanito o hermanita

💜Acerca de la difícil tarea de convertirse en hermana mayor💜
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Recién cumple 5 años (o 4, 7, 2…) y acaba de «perder» a su mamá.
No entiende bien que ocurre, si bien mamá está aquí, no es la misma.
Acaba de perder a la mamá que ella conocía.
La que estaba siempre disponible, la mamá plenamente suya.
Acaba de perder a la mamá de la paciencia eterna
La mamá de respuesta casi inmediata
La mamá qué deja todo por jugar con ella.
Tiene 5 años y las emociones la desbordan.
El miedo a veces no la deja estar tranquila: el miedo a que está mamá no la quiera, a que está mamá prefiera al hermanito, a que está mamá la olvide….
Porque secretamente ella sabe que está mamá ya no la puede querer como antes.
Necesariamente la quiere distinto.
La quiere más apurada, la quiere menos paciente, la quiere entre pañales y tetas a hermano. La ama leyendo cuentos mientras amamanta, la ama mirándola mientras carga a otro a upa…

Así. Un poco dividida en la entrega, pero multiplicada en el amor.
Y a mamá se le parte el corazón cuando se da cuenta que no puede entregarse como antes a ella. Sin tiempos ni apuros, plena de cuerpo.
A mamá le duele cada lágrima de este duelo que transita la mayor. A mamá le duele cada enojo desmedido, cada desborde convertido en berrinche para reclamar lo que es de ella. A mamá le duele y por eso intenta cada día un poco más. Intenta que crezcan más brazos de pulpo, más ojos y más oídos. A veces sale. Otras nos abrazamos como podemos y otras simplemente lloramos las dos….
Mamá también duela a esa que era y está aprendiendo a ser una nueva versión de madre, madre x 2.
Muchas veces sino siempre, lxs hermanitxs mayores expresan este duelo con enojos y «berrinches». A veces por cosas insignificantes surgen angustias desmedidas. Si nos quedamos con eso solo vemos la punta del iceberg. ¿Qué me quiere decir con este enojo desmedido? ¿Qué significado está condensado en esto que le hace enojar? Muchas veces vamos a encontrar ahí la clave para empatizar y acompañar. Muchas veces ese enojos nos quiere decir «mamá, también te necesito tanto como bebé».

Me preguntan seguido cómo manejar los celos de la hermana o el hermano mayor ante la llegada de bebé.
Hagamos lo que hagamos, estás emociones van a aparecer y es saludable que así sea. La etapa de adaptación a esta nueva familia va a suceder, no puede «saltarse».
El desafío de mayor es construir su nuevo lugar en la familia y aprender a conocer y querer (o tolerar) a ese nuevo intruso que apareció: bebé.
Para esto encuentra algunas estrategias: lo inspecciona cuidadosamente (queriendo tocar sus ojos, manos, boca) y por momentos lo quiere llenar de besos y lo abraza tanto que hace que llore de la incomodidad.
Se muestran irritables, intentan llamar la atención constantemente con estrategias positivas (mira lo que hice mamá) y negativas (golpearse, tirar algo, llorar, «berrinches»). Y necesitan a veces jugar a ser bebé. Ocupar espacios del bebé, que antes fueron de ellxs: sentarse en el huevito y jugar en el gimnasio. Pueden retornar al idioma bebé, con esa voz finita y gangosa tan característica y también jugar a pedir teta.

Lejos de interpretar estos comportamientos como un retroceso o una regresión, les propongo pensarlos como parte de un proceso adaptativo, que solo puede progresar. Acompañar, permitir ese juego, tolerar la expresión de la demanda y todo el repertorio de emociones que conlleva la llegada de hermanxs. No es fácil, nuestra paciencia colapsara por momentos, por eso elijamos las batallas, funcionemos como equipo de ma/padres y apelemos a la ayuda de la familia, incluso para llevar a pasear a mayor.

Las primeras semanas, quizá meses, sean agotadores, pero les puedo asegurar que pasa. También nosotras estamos aprendiendo a ser mamás por dos (o tres o cuatro), a dividir nuestra atención y no es tarea sencilla.

Si hay papá o pareja de crianza su rol será sumamente importante acompañando al mayor y sosteniendonos a nosotras para no colapsar. También son bienvenidas manos amorosas, abuelas, tías, amigas, etc.
Son etapas en las que el perfeccionismo y la autoexigencia son malas consejeras. La culpa aparece, no voy a negarlo, ante ella sugiero ejercitar la autocompasión y la flexibilidad. Estamos haciendo lo mejor que podemos.
A medida que bebé vaya creciendo iremos disfrutando cada día un poquito más, se irán reacomodando los lugares y cada unx sabrá cuál es el suyo.
Hermanx mayor aprenderá que es especial por todo lo que puede hacer, enseñar al bebé y ayudar a mamá. Mamá aprenderá que aunque parecía imposible, logra compartir momentos con mayor y reencontrarse. Y papá aprenderá que puede sostener y acompañar a bebé mientras tanto.
Cómo me gusta decir, la segunda maternidad para mí es un postgrado. No hay forma de no salir fortalecidos como familia.
Cómo dicen, tarde o temprano mayor aprenderá que perdió la exclusividad pero ganó un compañero/a de aventuras

Lic. Carolina Mora

01155641995