Crianza y mandatos

Las familias hoy están atravesadas por un enorme bombardeo de información. Es muy fácil encontrar en las redes sociales perfiles que hablan de desarrollo y psicología, banalizando conceptos y teorías que trasladan a los ma/padres como exigencias de una «crianza ideal».
¿Qué ocurre cuando la información se transforma en nuevos mandatos?
¿Cuando se transmite que si no se cumple esas pautas las infancias se verán afectadas por traumas irreversibles?

Muchas de estas teorías se transmiten como verdades absolutas, sin diferenciación de los contextos de cada familia ni una mirada interseccional.
Desde una concepción que ubica a «la familia» como un núcleo universal: heterocis, urbana, clase media, biologica, con roles rígidos y definidos de forma sexista (madre cuidadora principal, padre «el que ayuda»).
¿Donde quedan las familias homoparentales? ¿Las familias monomarentales? ¿Las familias ensambladas? ¿Las familias pluriparentales (más de una mamá o papá)? ¿Las familias por adopción?

Entre tantos tips, mandatos y criminalizaciones puede estar bueno pensar que: El diálogo y la comunicación son factores preventivos fundamentales. Si tu hije sabe que puede hablar con vos de lo que sea sin ser juzgade y te percibe como una persona disponible, las cosas están yendo bien. Cabe aclarar que hay etapas propias del desarrollo en las que quizás el afianzamiento de su libertad implica mucha más intimidad y reserva (sin que sea algo malo).

También romper con la ansiedad constante a generar daños irreparables: No por un reto o situación negativa vamos a generar traumas o el odio de nuestres hijes. Lo importante es lo estable, lo que perdura a lo largo del tiempo. “Errores” y manejos mejorables habrá en distintas situaciones, pero si lo que está siempre es la incondicionalidad y la escucha, las cosas andarán bien.

Entender que los límites son parte de la crianza y que pueden ejercerse desde la amorosidad y el respeto, pero siempre puede haber situaciones en las que el rol ideal no nos funcione y castigarnos por eso solo retroalimenta culpa y negatividad frente a nuestro papel. Permitirse no siempre ser cuidadores ideales es fundamental para poder relajarse y disfrutar.

Post junto a @psi.brunograbrielsilva

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