Acá estamos, un día más de esta cuarentena eterna, tratando de pasarla lo mejor que podemos. Estamos tratando de mantener la salud mental de cada miembro de esta familia.
Acompañando a la mayor en los momentos de angustia, que son varios al día. Hoy le tuvimos que explicar que en realidad no vamos a poder salir y esto realmente la afligió mucho. ¿Por qué dijo una cosa y después otra mamá? Y mamá tratando de explicar lo a ella misma le es difícil entender a veces.
No les voy a mentir, yo también me ilusione con poder salir a dar una vuelta, no solo por mi y mis niños, sino por mis pacientes y los suyos. Cómo les vengo diciendo hace unos días, el aislamiento pesa y se ven sus efectos en la salud psico emocional día a día a medida que se extiende.
Haremos lo que sea necesario para afrontar está Pandemia, seguiremos las recomendaciones del Gobierno a rajatabla. Soy psicóloga, no infectologa, por eso me preocupa la salud mental pero estoy segura de que lo que corresponde es lo que indican los asesores médicos. .
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Y acá estamos, un día más intentando ponerle palabras al dolor y la tristeza, que empieza a pesar. El extrañar a los abuelos es algo que me dice de forma constante mi hija. Mi bebé mira la puerta y la señala desesperado. Esta más irritable, nos pide más upa y despierta más de noche.
Mamá y papá, hacemos lo que podemos. No somos los ma/padres que quisiéramos ser, somos los ma/padres que la cuatentena nos deja. .
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Hoy estoy triste, no puedo decirles nada más les pido disculpas.
Les mando un abrazo enorme a cada persona que acompaña e interactúa de forma amorosa y respetuosa con esta comunidad.
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Semana dos
Querer y no querer estar aca.
Momentos en qué me siento privilegiada de poder compartir más tiempo en casa con mis hijos y otros en los que quiero salir corriendo.
A veces me doy cuenta de todo lo ir me pierdo por el automatismo de la vida cotidiana, por el apuro de llegar e ir de aquí para allá.
Estos días me encuentran con momentos en los que puedo admirar la belleza de lo simple: una siesta con mi bebé, inventar nuevos juegos con mi hija mayor, la comida calentita que prepara mi pareja y hasta esa charla con amigas que hace mucho no llamaba.
¿Me estaré «amigando» con la cuarentena?
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Estos días me encuentran con mucha ambivalencia. Se suceden, uno tras otro, por momentos me parecen todos iguales.
Nos aburrimos en casa. A veces no tenemos ganas de mirarnos la cara y otras no sabemos de qué charlar.
Hay días que no terminan más, que se vuelven como un chicle que se estira y estira.
Otros días nos encuentran irritables, enojandonos con facilidad y hasta cansancio.
Incluso, vivimos muchas emociones en un mismo día.
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Poder hablar de esto, poder soltar exigencias y mandatos, poder aceptar por momentos y entregarnos a abrazar el caos, con todo lo lindo y difiicl que nos trae.
Les de romantizar la cuatentena, toda experiencia puede mostrarnos ese recurso que no sabíamos que teníamos.
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Semana 1
Y en medio de todo este lío, ella perdió su primer dientito.
La carita de ilusión cuando se empezó a aflojar no tenía comparación. Ya varios amiguitos estaban con ventanitas y ella preocupada porque era la última y sin ninguna novedad. Mamá, adelantada, le había bordado la almohadita especial para la ocasión.
Y finalmente pasó, en medio de toda esta incertidumbre, lo único que me importa es verla sonreír.
Esta noche se fue el miedo a los monstruos y la preocupación, la cambiamos por la ilusión. .
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No está siendo fácil este tiempo, a los peques los altera (como a nosotros) y se les nota. El más chiquito más irritable, ella comenzó a decir que le duele la pancita, que tiene miedo y no sabe por qué.
Acá no miramos noticieros, no tenemos tele, tratamos de cuidar las conversaciones, pero las emociones y la preocupación se expresan igual. Mamá y papá estamos distintos, las rutinas cambiaron y eso impacta en toda la familia.
Estamos intentando hacer cosas en casa, pasar tiempo en el jardín y vivir momentos de risa, lo más que se pueda. Nos quedamos en casa, confiando en que esto, también pasará. .
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Es tiempo de elegir tus batallas
Tiempo de ser más flexibles
Es tiempo de dejar de lado las exigencias y los mandatos…
Es tiempo de entender por fin, que hacemos lo que podemos …
Hoy es momento de dejar de lado ese manual de crianza y poner las manos en el barro para crear tu manera. .
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Este es un tiempo de Mater/paternar con crudeza, con un real aplastante del que no podemos escapar.
Es un momento en el que se presentarán fantasmas, miedos propios y también nos chocaremos con la distancia entre el ideal y lo que toca vivir.
En este tiempo no solo tendremos que ser sostén físico y de cuidado, sino sostén emocional de nuestros hijos e hijas.
Tendremos la carga mental y también la carga física, corporal, densa y real, esa de la que no se puede escapar. .
Es momento de elegir tus batallas y dejar de lado los ideales que circulan del entorno.
Hacer higiene del ambiente psíquico y emocional, limpia esas personas, páginas y cuentas que te hablen desde el mandato. No es momento de exigencias, ni para vos ni para tus hijos e hijas.
Es un tiempo en que comerán lo que puedan cocinar, jugarán a lo que salga jugar y si tienen que aparecer las pantallas para dar tregua seguramente apareceran. Si, seguramente vas a hacer lo mejor que puedas, no lo dudes.
Vas a actuar desde el amor y también desde tus posibilidades.
Nadie tiene paciencia infinita, mucho menos en un contexto que no facilita la crianza, que nos confina al encierro y nos llena de incertidumbre y amenaza. .
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Rodeate de voces que acompañen, que validen, hace red con quiénes te den paz y no exigencia. Escuchate, esto es día a día. Es un tiempo especial, muchas me dijeron que se asemeja al puerperio inmediato, ese que inundaba soledad y aislamiento. Este tiempo sin tiempo pasará también. Tus hijos no recordarán la comida que les cocinaste durante la pandemia, pero si la contención y el amor que recibieron en este periodo. Cuídate. Cuídalos. No hay salud sin salud mental. .