El deseo de tener un hijo o hija es inmenso, arrollador y misterioso. También en cierto modo es un poco un acto de inconsciencia. No dimencionamos lo que implica la responsabilidad hasta que no la vivimos. Cuidar y criar es la tarea menos egoista que existe, a riesgo de perder nuestra individualidad.
Para las familias que deben recurrir a tecnicas de reproducción humana asistida no es tan sencillo vivirlo de forma inconsciente. Por el contrario, atavesar el camino para la llegada de un hijx en estos casos implica una enorme decisión y conciencia en cada pequeño paso de los tratamientos.
Implica depender de otras personas para que el deseo se convierta en realidad. Médicos, genetistas, biologos, donantes, son solo algunas de ellas. Las técnicas llegaron para quearse y hacer posible la existencia e familias de todos los colores.
Hoy les traigo la historia de ellas:
Somos, Pamela y Mariana, estamos casadas hace 9 años y comenzamos este camino para ser #dosmamas en el 2011, cuando dimos el Si en el registro civil, aun faltaba para cumplir el sueño de nuestra familia.
Los tratamientos de fertilidad eran muy caros, hicimos 7 Inseminaciones y luego 2 In Vitro, todas negativas. Mientras caminábamos juntas, llego la ley de fertilización asistida. Así fue como mediante el Método ROPA, quedamos embarazadas de nuestra primera hija. Le done mis óvulos a mi mujer, y llevo en su panza a Juana. Dos años mas tarde, lleve en mi panza a Eva.
Nuestra familia homoparental de #dosmamas y dos hijas es lo mas lindo que nos paso en la vida. Todos los días ganamos batallas y levantamos como bandera el mensaje de que: el amor todo lo puede. En el camino nos encontramos con preguntas incomodas e innecesarias, como: ¿y el padre? ¿Y le van a contar? ¿Y no tienen miedo?. Ni hablar de los formularios que debemos completar, donde solo se habla de madre y padre. No pido que hagan un formulario para dos mamas, digo que hay que hacer un formulario para todxs las familias.
La crianza de nuestras hijas es mágica, con Juana fue todo nuevo, íbamos a la guardia cada un segundo, teníamos miedo de todo, y yo Pamela, que era la mamá no gestante lo vivía mas relajada. Las luchas estaban afuera, la licencia que me daban era la que le corresponde al padre. En los trabajos te toman por padre, y somos ¡MADRES! Hay un gran vacío legal y en pocos lugares se habla de la madre no gestante. Hoy, hay casos de parejas donde la licencia otorgada es la correcta.
Terminaba Agosto y llegó Eva, luego de una cesárea ya que estaba sentada en mi panza. Mariana me acompaño y el trato de todo el personal fue excelente, encantados con nuestra historia de lucha y amor. Cuando la vi en mi pecho y le di el primer beso, llore, llore mucho y le dije, acá estamos tus mamas.
Hoy el orgullo que sentimos es gigante. Nosotras vemos la vida llena de colores. Juana cuenta que tiene dos mamas Mama Pame y Mama Mari y nosotras morimos de amor. A todos queremos decirles, que familia es donde hay amor, ahí es donde hay que quedarse y abrazar.
Lic. Carolina Mora
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