Tus brazos son mi casa, mi hogar, mi transporte. Tus brazos me acunan, me contienen. Tus brazos son mi casa. Desde ellos puedo ver la vida, me acercan a tus ojos, que me brindan esa mirada de amor infinito. Aún soy muy pequeño, no entiendo siquiera el ritmo de este mundo nuevo en el que todos tienen prisa, pero en tus brazos encuentro la paz. Mamá no me apuras, no me pides que me siente, gatee, camine antes de mi tiempo, te acomodas a mi como un ángel con paciencia infinita. Me tomas en tus brazos, desde que salí del paraíso, me llevas a todas partes acunado por tu calor, algunas veces una tela nos envuelve y vuelvo a creer que somos uno, y duermo profundamente. Ahora que estoy creciendo, no me exiges que viaje lejos tuyo, seguimos disfrutando este universo de caricias y miradas, perfumes y sabor leche dulce de tu pecho siempre disponible. Haces oídos sordos a quienes nos miran extraño, a quienes sentencian que debo caminar o que voy muy lento, y simplemente si me canso o te extrañó, me tomas en tus brazos y el mundo se detiene. Amo tus brazos, amo tu mirada, tu leche tibia que creas sólo para mi…. tus brazos son mi casa…y se que lo serán siempre, siempre podré volver a ese lugar seguro que es envolverme en tu abrazo.
Lic. Carolina Mora, psicóloga
Mail lic.carolinamora@gmail.com