Tu bebé no sabe que estás en el otro cuarto.
Para el la separación de vos lo pone en verdadero riesgo, nuestros antepasados no sobrevivían lejos del cuerpo de sus madres. Estar lejos significaba la posibilidad de ser devorados por depredadores o morir de hambre.
Tu bebé no llora de mañoso, tu bebé te llama.
No tiene forma de saber que estás del otro lado de la puerta.
La única forma de saberte cerca es oír tu voz, sentir tu piel, olerte.
Tu bebé no llora de mañoso.
Y si, es agotador.
Y si, tenés derecho de ir al baño.
Y si, unos segundos de llanto no van a traumarlo.
Intenta comprenderle, y cuando te alejes, envolverlo con tu voz.
Y cuando te reencuentre, abrázale fuerte, contale que estabas igual cuidandolo y que lo dejaste en un lugar seguro.
Ya llegará el tiempo que entienda, que si te vas, volves. Que si te vas de su vista, no desapareces.
Y ahí irá el a seguirte por la casa y no podrás ir sola ni al baño
.
.
Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com