En distintas etapas de la infancia pueden surgir distintos miedos, pero es casi universal ente los 4 y 7 años que se den.
Niños y niñas que iban al baño tranquilos de pronto nos piden que le acompañemos y a veces no quieren permanecer solos en su cuarto.
Cuando preguntamos qué les ocurre refieren tener miedo ¿A qué? Las respuestas son variadas: fantasmas, brujas, monstruos, oscuridad….
Si bien algunos miedos se apoyan en algún dibujito o película que vieron, otras veces no podemos recordar que hayan visto nada de eso y entonces los podemos atribuir a la propia fantasía.
Los miedos a veces vienen a comunicarnos que, si bien están grandes y cada vez más autónomos, aún necesitan nuestra presencia.
¿Qué hacer para ayudarles?
En principio saber qué es una etapa y también pasará.
Escuchar el pedido del niñx y estar más presentes.
Hablar de los miedos: contarles que de chicos también nosotros los teníamos y que cosas nos ayudaron a enfrentarlos.
Jugar a los miedos: incluirlos en momentos lúdicos, jugar a ganarle a los monstruos o a serlo. El juego ayuda a procesar todo aquello que preocupa a lxs niñxs.
Dibujar los miedos: plasmar fuera de la mente, en papel, colabora a su elaboración.
Acompañar pero ir alejándonos progresivamente, generando la confianza de que ellxs pueden.
Buscar cuentos con la temática del miedo brinda la posibilidad de encontrar resoluciones alternativas y ponerle palabras a eso.
Qué no hacer:
Burlarnos.
Obligarle a enfrentarse con el miedo de forma violenta o brusca.
Asustarlos a propósito.
Alimentar el miedo con historias de terror, películas, etc.
¿Cuando consultar?
Si el miedo se vuelve inhabilitante, si perjudica la adaptación a nuevos espacios, hay pesadillas recurrentes angustiosas que impiden el descanso adecuado o si es acompañado de otros síntomas como enuresis x ej. O simplemente cuando sentimos que necesitamos orientación para atravesar este proceso.
Lic. Carolina Mora
Psicóloga Perinatal y en Crianza
Mail lic.carolinamora@gmail.com