«¿Estás pensando en ser madre?»
«¿Cómo harias para venir a trabajar y quién se queda con tu hijo?»
«Acá no tenemos plata para pagar más licencias si se embarazan».
Estas son frases reales que les dijeron a muchas y que denotan un nivel de discriminación denunciable.
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Y es que gestar, parir y criar es el trabajo más silenciado e invisibilizado que realizamos en este mundo capitalista.
Según el INDEC el 76,4 % del tiempo total dedicado al trabajo doméstico no remunerado lo realizan las mujeres.
Por tener útero y ser personas potencialmente gestantes (aun sin haber tenido hijes) en muchos puestos de trabajo somos descartadas.
Y es que los tiempos del «mercado laboral» no contemplan los tiempos de las familias.
A veces no importan las competencias que demuestres, tampoco los títulos ni los años de experiencia.
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La sobrecarga de trabajo no remunerado impacta en nuestra salud emocional, física y nos deja muchas veces (y aún habiendo deseado quedarnos en casa) en condiciones desiguales para ejercer nuestras profesiones.
Por eso es importante tomar conciencia de todo el trabajo no pago de cuidado, empezar a reconocerlo y generar una distribución social del mismo.
Hoy se está dando la lucha de los varones a través del colectivo @paternarl por conseguir licencias pagas y de al menos 30 días. El objetivo es empezar a equiparar un poco más las condiciones a la hora de acceder al mercado laboral y que dejen de preferir trabajadores varones para no asumir los costos de las licencias. Falta mucho por hacer pero sería un buen primer paso.
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Las familias necesitamos más redes y más políticas por parte del Estado que permitan la corresponsabilidad.
Y menos sobrecarga, menos exigencias, menos mandatos, menos soledad y menos discriminación.
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¿Alguna vez sentiste que tener hijos te limitara en lo laboral?

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