Ya no somos los mismos…
Y ¿Cómo vamos a serlo?
Si pasaron nueve meses de sueños y más de dos años de caos, una vida pequeñita pero entera que nos dió vuelta como una media.
.
.
Ya no somos los mismos…
El tiempo ya no nos pertenece, se nos escurre entre los dedos y entre gritos de bebé, dame, mamá, teta, upa, llantos y berrinches a media noche.
.
.
Ya no somos los mismos…
Nuestros cuerpos ya no son solo nuestros, ya no se funden sin importar tiempo y espacio, ya no se encuentran espontáneamente una noche cualquiera.
.
.
Ya no somos los mismos…
Nuestro placer no es lo único que importa, hemos tenido que deshacernos de impulsos y deseos caprichosos, para acomodarnos a las necesidades de un par de ojitos pequeñitos que solo piden nuestra atención.
.
.
Ya no somos los mismos …
Y está bien que así sea, fue inevitable.
Nos estamos re inventando, cada día y cada minuto.
Ya no tenemos noches de fuego espontáneas, pero nos encontramos en siestas envueltas en abrazos y caricias.
Nuestros cuerpos han mutado, estos pechos eyectan leche y tus brazos estan cansados de sostener a bebé. Nos acariciamos de a poco, tímidamente, queriendo re conocernos.
El encuentro a solas no es más espontáneo, ahora requiere de ingeniería exacta, milimétricamente calculada la hora y el día. Y nos convertimos en calabaza rápidamente.
Ahora somos el re encuentro, la mirada cómplice en medio de un berrinche, la mano que sostiene una noche interminable.
Somos dos amantes que se extrañan y a veces ¡ni siquiera se dan cuenta cuánto!
Aprendimos a valorar lo pequeño, ese chocolate compartido a escondidas, ese abrazo a la mañana con ojeras, el deseo y la intención de estar a solas…
.
.
¿Sentis que tú pareja cambió luego del nacimiento de tus hijes?
Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com

Debe estar conectado para enviar un comentario.