Hacerse de un refugio es necesario para afrontar la realidad que vivimos…
Un refugio psíquico y emocional dónde creer en la esperanza, dónde pensar que este tiempo pasará pero que nos permita a la vez sobrellevar el día a día .
Atravesamos un contexto adverso.
Estamos sometidos a un estrés continuo, no solo porque nuestro hogar sea trinchera (quienes tenemos el privilegio de tenerlo), sino también porque aunque vivamos cómodos y calentitos sabemos de una amenaza real que nos acecha en el exterior.
¿Cómo transitar esta realidad de un afuera amenazante? ¿Cómo convivir cuando la presencia de otro humano se vuelve potencialmente peligrosa para nuestra salud? ¿Cómo vamos adaptándonos a una incipiente y cada vez más concreta, «nueva normalidad»? ¿Cómo vamos a re inventar los modos de demostrarnos afecto?
Preguntas que me hago casi a diario y voy ensayando respuestas dinámicas, ninguna infalible.
Vamos transitando este duelo con shock, negación, enojo, esperanza, tristeza, aceptación transitoria y nuevamente el circuito vuelve a empezar.
Con suerte nos vamos construyendo y re construyendo, un refugio. Un espacio, una tarea que tiene la función psiquica de dejarnos jugar a controlar y dominar lo que sucede.
Para algunes es encarar un proyecto, estudiar algo nuevo, aprender a cocinar, re inventar el hogar, leer o escribir.
En el mejor de los casos, niños y niñas construyen su refugio en el juego. Ayer por ejemplo, Cata adoptó a las hormigas que viven en nuestro jardín como sus nuevas amigas. Les lleva comida y las visita varias veces al día. Quiere ver si «siguen ahí». Necesita algún lugar de continuidad. Necesita vinculos. Necesita sentirse importante y dominar activamente algo de lo que acontece.
A mí me angustia y me da esperanza con la misma intensidad verla.
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.Ustedes ¿Encontraron algún refugio en este tiempo?
Lic. Carolina Mora