Hace tiempo que vengo diciendo (me) ¡Devuelvanme el puerperio!
Y no es porque no tenga el típico rodete, la falta de memoria y el sueño puerperal, sino que este #segundopuerperio fue tan diferente a lo esperado…
En este segundo, no hubo tiempo casi para quedarme acovachada observando dormir pacíficamente a mi bebé, tampoco para pasar horas interminables de «no hacer nada productivo» para el afuera y perderme en ese tiempo sin tiempo que vivi con mi primera hija.
.
.
Está vez a raíz de varias situaciones personales y laborales tocó volver al trabajo mucho antes. Si bien fue una vuelta amigable sobretodo para mi bebé y por la lactancia, costo mucho a mi mente arrancar.
Volví atendiendo desde casa, sesiones online, bebé cerquita para tomar teta casi cuando necesito, ya que era muy pequeñito con dos meses. Al poco tiempo debido a la crisis me encontré siendo casi sostén principal económico de mi hogar. Mis días se llenaron de cosas concretas y laborales de que ocuparme: agendar un turno, responder mensajes, atender, hacer historias clínicas, estudiar, postear aquí (que es parte de mi trabajo), coordinar los talleres, dar clases….
.
.
Cuando me quise dar cuenta era la puérpera más funcional del mundo🤣 extrañando la cueva del puerperio.
Hoy por suerte nos dimos permiso, paramos todo y acá estamos, a puro mimo y pegoteo, la mayor en el jardín, papá salió y nosotrxs abrazaditos♥️
Les cuento esto porque sé que somos varias las que estamos en la misma. Hoy en día cada vez podemos tomar menos licencia y los puerperios nos encuentran lejos de lo romántico, trabajando o estudiando tal vez antes de lo esperado. A veces con deseo, a veces con culpas o ambas en una gran ambivalencia.
La vida pasa a mil, es muy fácil entrar en el piloto automático de la rutina, los problemas de dinero, el trabajo, la casa… Pero que bien hace meterse un poquito en la cueva cada tanto ¿no?
Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com