Este post está inspirado en una mamá que me hizo ese planteo. Ella me contó que en lo cotidiano, ante cualquier llanto o queja de su bebé, su pareja la llamaba inmediatamente diciéndole «¡Quiere teta!». No importaba si ella estaba ocupada, bañándose o realizando la actividad que sea.
Muchas mamás me cuentan que les gustaría que su pareja entendiera que «no todo es teta» y que él también intentará al menos, calmar a su bebé.
Si bien es cierto que el llanto comunica múltiples necesidades, cómo puede ser frío, hambre, sed, contacto, interacción, dolor….suele suceder que la teta es «santo remedio». No sólo el bebé entiende esto pronto, sino también nuestrxs parejas. «Dale un poquito de teta así se calma rápido» es una frase que seguramente alguna vez nos dijeron. A medida que bebé va creciendo vamos encontrando otros recursos para calmarle y entonces otras personas también pueden participar en esto.
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Desde ya que si la mamá no tiene inconveniente en darle teta cada vez, es la «solución perfecta». Pero ¿qué pasa cuando es un momento en que necesitamos unos minutos?
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Como decíamos antes, el llanto comunica múltiples necesidades. Suponiendo que el hambre y la sed están cubiertas…¿Acaso la pareja, papá o la otra mamá no pueden ser quiénes consuelen? Estás personas significativas con las que bebé tiene un vínculo de apego también pueden
cuando logran calmar a bebé, que sensación de logro y disfrute pueden experimentar. ¡Y cuánto le aporta a bebé en lo vincular! ♥️
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Lic. Carolina Mora
Mail lic.carolinamora@gmail.com